Plantas y paradojas

Miguel Pino PSICÓLOGO

VIGO CIUDAD

22 abr 2014 . Actualizado a las 11:44 h.

El otro día pasé por Urzaiz, y subiendo poco después de pasar la Gran Vía vi ese gran jardín vertical que cubre la pared sobresaliente de un edificio. No cabe duda de que es una solución muy estética para ese muro que queda a la vista. Qué bonitos serían muchos otros edificios en Vigo si se hiciera lo mismo. Sin embargo, no deja de resultar paradójico. Y no es que tenga ánimo de quitarle el negocio a la empresa que hace estos jardines, ni mucho menos. Es un trabajo muy bonito. Pero es paradójico que, en una ciudad donde abandonas dos años un muro y se te cubre de plantas, haya quien contrate a una empresa para ello. No hay más que ver cualquier solar. ¡Se cubren de plantas en nada!

Pero la gente no quiere observar un poco el entorno. Si te paras a verlo, te das cuenta de lo que este te ofrece. En Vigo tú pones una maceta solo con tierra y en unos meses ya la tienes llena de plantas. Pero la gente está tan acostumbrada a que se lo hagan todo, que no se detiene a discurrir un poco. Es como las hojas de eucalipto. Si algo bueno tienen los eucaliptos son las propiedades desinfectantes de sus hojas, que con infusiones te despejan la nariz. Pero la gente prefiere gastarse su dinero en la farmacia, que te dan un liquidillo extraño que te aplicas y asunto resuelto. Perfecto, si no fuera porque te has gastado 5 euros en un producto menos potente que el eucalipto, que además es gratis.

Pero vivimos así, embotados, en nuestro mundo prefabricado, sin observar un poco lo que nos rodea. Paradojas. Luego nos ponen cuatro jardineras en las aceras y ya nos quedamos todos contentos. Menos mal que se acuerdan de cambiarlas con frecuencia, para que nunca se vean feas.

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