Lo que ocurre con los móviles no pasa con otros componentes tecnológicos. Mientras los usuarios se resisten a donar sus teléfonos para fines solidarios, muchos otros desechos reciclables se entregan con alegría.
La aportación es generosa en cuanto a desperdicios de papel, envases ligeros, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, consumibles de impresoras, etcétera. «Cremos que os universitarios si están bastante concienciados, xa que vemos que existe recollida nos campus deste tipo de residuos», indica Sergio Ramos, que va más allá en la defensa de los usuarios comprometidos: «Nunca detectamos unha infrautilización ou mala segregación dos diferentes tipos de residuos. De feito cremos que non só na comunidade universitaria, senón na sociedade en xeral, cada día estamos máis concienciados na recollida segregada», asegura el experto de la OMA. De hecho, los datos aportados así lo certifican. La Oficina de Medio Ambiente colabora con el Grupo de Reciclaje Informático de la Universidad (Gruvi) en la recogida y selección del material potencialmente reutilizable que si se recupera, destinan a instituciones sin ánimo de lucro. Pues bien, la cantidad total gestionada en el 2013 se corresponde con unos 6.600 kilos de residuos de esta tipología.