El buen tiempo acompañó la procesión de los Dolores
12 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La procesión de la Virgen de los Dolores supuso ayer el inicio de la Semana Santa de Cangas, la única declarada de interés turístico gallego en el sur de la comunidad. Consciente de la importancia que representa para el municipio, que conjuga playas, patrimonio histórico y tradiciones religiosas, el Concello ha estado arreglando los arenales, a fin de que estén en perfecto estado durante estos días en que ha empezado a apretar el calor y llegan los visitantes.
El pueblo de Cangas salió ayer a la calle para seguir con devoción a la Virgen de los Dolores, acompañada del Cristo de Minerva. El cortejo formado por unos setenta costaleros bajó por la calle Real hasta los jardines de Soage, recorrió los alrededores del mercado y regresó a la antigua colegiata.
La talla de la Dolorosa tiene 260 años de antigüedad y salió portada por 24 costaleros. Junto a las imágenes, iban también cuatro estandartes, uno de ellos con 280 años, casi los mismos que tiene la hermandad que fue fundada hace 286 años.
Manuel Gil explica que la devoción de los cangueses, donde se cuentan 600 costaleros entre las diferentes cofradías y agrupaciones, se basa en la fe del que ha sufrido riesgos y percances en el mar y ha acudido al refugio de la oración: «La Semana Santa de Cangas es para creyentes y no creyentes. Hay muchas personas que durante el año no pisan una iglesia pero que en estas fechas viven la tradición».
Mañana domingo los cangueses volverán a salir a la calle para la bendición de las palmas y la procesión hasta el templo, con la imagen de Jesús montado encima de una borriquilla.
El miércoles santo desfilará la procesión de la Soledad de María, acompañada por tambores cofrades. Las mujeres del municipio acompañan a la Virgen que ha perdido a su hijo por el casco antiguo de Cangas.
El jueves santo sale el paso que representa la última cena de Jesucristo con sus apóstoles con productos naturales. También están el paso de la oración en el huerto, el de la Flagelación y el trono de la Virgen de los Dolores.
El viernes santo es el día cumbre. Por la mañana desfila el cortejo de La Negación de San Pedro, con mucha gente joven. Y a las doce de la noche del viernes tiene lugar la sobrecogedora procesión del Silencio del Cristo del Consuelo.