Represalia del alcalde tras su protesta en el Concello esta semana
12 abr 2014 . Actualizado a las 15:15 h.Operarios municipales acudieron ayer por la tarde para cambiar las cerraduras del centro cívico de Teis y expulsar así a la asociación vecinal que hasta ahora lo gestiona. Previamente, a última hora de la mañana recibieron un escrito comunicándoles que debían marcharse.
Fue la reacción del alcalde a la protesta vecinal pasado miércoles. Ese día, a las 13:00 horas. Caballero inició una rueda de prensa en la alcaldía. Transcurridos unos minutos, una decena de vecinos de Teis irrumpieron en protesta por su negativa a mantener el convenio por el que la asociación gestiona el centro cívico. En total, 55.000 euros que se destinan al pago de dos empleados y que evita su privatización, como lo están los otros cuatro del municipio. Solo media hora después del incidente, el alcalde ordenó al concejal Santos Héctor Rodríguez que ejecutara la salida de la asociación del centro cívico municipal.
La orden de salida llegó en la mañana de ayer al presidente de la asociación y provocó la indignación vecinal. De momento, el lunes mantendrán una reunión con el BNG y se plantean adelantar las movilizaciones previstas para después de Semana Santa en el barrio.
En medios municipales no se tiene la menor duda que la reacción del alcalde está relacionada con el boicot a su rueda de prensa, algo sin precedentes y que ha provocado un incremento de la seguridad en la alcaldía. Al día siguiente, por ejemplo, dos agentes custodiaban las oficinas del regidor. Ayer, de nuevo, las puertas de la alcaldía estaban cerradas, a diferencia de lo que ocurre habitualmente, sin duda para evitar una sorpresa como la protesta del miércoles.
El objetivo vecinal, por el que llevan años peleando, es garantizar la gestión vecinal del centro cívico, algo a lo que Caballero se opone. El conflicto por el centro cívico encubre, no obstante, un enfrentamiento político del gobierno socialista de Caballero con una entidad que ha criticado sus políticas en Teis. Dirigida por Antonio Collazo, militante del sector crítico del PSOE, y por Anxo Iglesias, del BNG, llevan años protestando por las roturas de tuberías de saneamiento en el barrio y por lo que consideran deficiencias en los trabajos de humanización de algunas calles.
Hace dos años llegaron a paralizar las obras de reforma de Enrique Lorenzo, algo que ocurría por primera vez. Aunque consiguieron que las aceras se cubrieran de losetas de granito, como en el resto de la ciudad, y no por hormigón, ello provocó su caída en desgracia. A partir de ese momento ya no encontraron interlocutor en el gobierno local ni nadie que los reciba.