Así es el robot que revisará el pecio del «Mar de Marín»

La Voz

VIGO

El barco «Don Inda» de Salvamento Marítimo ha llegado a la zona donde permanece hundido el pesquero y ya ha iniciado los trabajos previos para la inmersión del ROV Comanche. Se ha suspendido hasta mañana la búsqueda en superficie por falta de visibilidad

03 abr 2014 . Actualizado a las 12:02 h.

El robot ROV Comanche ya ha llegado al lugar del hundimiento del «Mar de Marín» para realizar una inspección exterior del pecio, una labora que podría facilitar las labores de búsqueda de los dos marineros desaparecidos. Gracias a que el robot está dotado con equipos de iluminación puede realizar su inmersión durante la noche hasta el punto exacto donde se encuentran los restos del pesquero, a 57 metros de profundidad y a una distancia de 1,4 millas al sureste del islote de Boeiro, al sur de las Islas Cíes.

El submarino robotizado ROV (cuyas siglas en inglés significan vehículo operado remotamente) podrá revisar el estado del pecio pero no podrá entrar en el interior del mismo debido a sus dimensiones. Las imágenes que capture serán claves para organizar el futuro trabajo en el lugar del accidente entre el arrastrero de Marín y el mercante «Blatic Brezee» que permanece atracado en Vigo.

El ROV Comanche, un submarino adquirido por Salvamento Marítimo en el 2008, está pensado para operar en lugares que plantean ciertas dificultades a los submarinistas, ya que permite una inmersión de hasta 1.000 metros de profundidad en unas condiciones meteorológicas que no superen los 25 nudos de viento y un estado de la mar de fuerza cuatro en la escala de Douglas. Con una alta capacidad de intervención en difíciles condiciones de mar y corriente, este vehículo dispone de siete propulsores (cuatro en el plano horizontal y tres verticales) con los que consigue una velocidad de tres nudos. Su carga útil alcanza los 250 kilogramos y cuenta con tres cámaras -dos de ellas en soportes motorizados-, un sónar de búsqueda con un alcance máximo de 300 metros, un sónar altímetro con un alcance de 50 metros, un profundímetro y una baliza de destellos para su localización en superficie.

Este aparato, que se dirige desde la superficie a través de un cable umbilical por el que recibe la fuerza eléctrica y las órdenes, envía en tiempo real la señal de sus cámaras y sensores y además admite una gran variedad de tipos de brazos manipuladores para realizar los distintos trabajos, lo que lo convierte en una sofisticada herramienta submarina.

Visión exterior

Según apuntaron José María Suárez-Llanos, jefe del centro de coordinación de Salvamento Marítimo de Vigo y el jefe de operaciones especiales Marcos Riestra, el operativo sobre el pecio con el robot servirá para examinar las condiciones del mar y las del barco. La tecnología es ideal para estas labores pero tiene dimensiones considerables y por tanto no podrá acceder al interior del «Mar de Marín».

En función de las imágenes que obtenga el robot, se dará el visto bueno a la inmersión de los buzos. Para garantizar su seguridad, el buque Sar Gavia recogerá en el Puerto de Vigo una campana de inmersión para posteriormente llevarla a la zona del naufragio. El objetivo es «trabajar, ver y decidir». Durante la mañana las condiciones en el área han sido muy delicadas y los buzos no han podido bajar para buscar los cuerpos de Manuel Domínguez Mallo y Alexander Nketiah, los desaparecidos. El lugar exacto de investigación está ubicado a 57 metros de profundidad a 1,4 millas del islote Boeiro, al sur de la Ría de Vigo.

Además del ROV, que se almacena en la Base Estratégica de Salvamento y Lucha contra la Contaminación que hay en Fene, Salvamento Marítimo dispone de otros dos robots más pequeños que ya en los sesenta nacieron como respuesta a la necesidad de contar con herramientas de inspección e intervención submarina a mayor profundidad.