Muere otro perro envenenado tras pasear por Castrelos

a.martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El goteo de casos incrementa la alarma en las rede sociales

27 mar 2014 . Actualizado a las 10:32 h.

El goteo de perros que han muerto después de ingerir alimentos supuestamente envenenados ha causado una gran inquietud ciudadana. Las redes sociales están revolucionadas con este fenómeno que se repite también en otras ciudades españolas. La última víctima es una perra de raza Pínscher de nueve meses que falleció posiblemente después de comer algo en el parque de Castrelos.

Su dueña, Cruz Bastos, está convencida de que su perra Nena murió envenenada. «Hay que estar bastante mal de la cabeza para querer matar a un animal», comentaba ayer. El triste desenlace ocurrió el martes de la semana pasada. Como cada día sacó al perro a dar un paseo al parque. Lo dejó suelto como hace casi siempre, puesto que es un animal nunca se metía con nadie. Empezó a ponerse mal cuando regresó a su casa, un hora después. «Entre la una y media y las tres y media, el veneno lo dejó seco, empezó a encontrarse mal, a sacar espuma por la boca y me lo barrió», manifestó esta vecina de Vigo, que no llegó a presentar denuncia.

Ahora no se olvida nunca de ponerle un bozal al perro que le queda para que no pueda comer nada del suelo y de llevarlo siempre atado con una correa. Es la mejor forma de prevenir que le vuelva a pasar lo mismo.

Las diferentes protectoras de animales creen que hay alguna persona malintencionada que se dedica a poner veneno o carne con agujas en espacios públicos.

El pasado mes de febrero falleció un perro envenenado con estricnina mientras paseaba con su dueño por el monte Galiñeiro. La veterinaria de urgencias que lo atendió en Gondomar, María Canella, no pudo hacer nada por salvarle la vida. «Fue sacarlo del coche, ponerlo en la mesa y a los dos minutos se quedó tieso, no pude hacer nada», manifestaba ayer. El perro había sido recogido de una protectora de animales y su dueño solía practicar deporte con él.

«Es una locura poner veneno en el monte no mata solo los perros, también a la fauna autóctona», señalaba también Paulo Jose Cadavid Delgado, propietario de una clínica en Vigo.

En Samil, también fue localizada carne envenenada con raticida, que comieron varios perros y tuvieron que ser atendidos por veterinarios.