La concejala de Nigrán acusada de defraudar 400.000 euros a Hacienda niega los hechos

E.V.PITA VIGO

VIGO

M. Moralejo

«No tengo nada que ocultar», asegura Ana Rosa Costas, que dimitió hace unas semanas de su puesto

16 ene 2014 . Actualizado a las 20:16 h.

La exconcejala de Nigrán, Ana Rosa Costas, ha declarado esta mañana en su juicio por un supuesto fraude a Hacienda de más de 400.000 euros. «No tengo nada que ocultar, no es cierta la acusación», dijo al inicio del juicio que se celebra esta mañana en el juzgado de lo penal número 2 de Vigo. La política del PP dimitió hace unas semanas de su cargo en Personal y Educación en Nigrán tras conocerse su incriminación por el fiscal de Delitos Económicos de Vigo.

La concejala culpa a un proveedor de madera que testificó en su contra porque cuando declaró tenía diagnosticada una demencia senil y además intentaba eludir una investigación fiscal, ya que había sido condenado e ido a prisión en el 2007 por hacer facturas falsas.

Costas compareció como administradora de Transportes y Maderas Rafael Costas, un aserradero que adquiría madera. Hacienda investigó las facturas que emitió un intermediario, Roberto H. y Maderas Hermi, al que consideran un testaferro en situación precaria y sin ningún patrimonio. «Teóricamente compra o vende madera pero no hay rastro material de tales ventas», dijo el inspector de Hacienda. Este admitió ante el fisco que las facturas expedidas en el 2005 a la concejala eran falsas. Pero la acusada alega que la declaración del testigo de cargo, un anciano, se hizo en el 2011, cuando este ya tenía una demencia senil y su testimonio no debería tenerse en cuenta.

Una de las claves del juicio es que las facturas que recibía la empresaria eran tan genéricas que no indicaban ni siquiera el volumen de madera comprada por lo que los contables del aserradero no podrían seguir las existencias en inventario. Ana Rosa Costas alegó que el intermediario «siempre operaba así», desde 1998, que prefería el dinero en metálico y que ella misma pedía a contabilidad que le hiciese cheques que cobraba en el banco para pagarle en mano a su proveedor.

El intermediario confesó que no existían las ventas

Hacienda sostiene que dicho vendedor no tenía herramientas, no oficina ni cobros de cheques «ni nada», por lo que sospecharon que emitía facturas falsas. La concejala replicó que este tipo de vendedores tienen su coche como oficina porque siguen a los camiones de la tala para comprar lotes de madera orillada en las carreteras. Hacienda pidió a la empresaria que aportase la contabilidad informática de las compras y sólo le dio albaranes y recibís y le contestó que a final de año hacían un recuento de madera.

La exconcejala ha traído como testigos a choferes de camiones para acreditar que las compras eran reales aunque el propio intermediario Roberto H. confesó que no existía tal venta de madera. Este era el coimputado pero no fue llamado a juicio debido a su incapacidad mental por sufrir alzheimer.

Además, Hacienda ve irregularidades contables en el diario mayor del aserradero que delatarían las facturas falsas.

En el juicio declararon a favor de la acusada un chófer de su empresa, su cuñada que trabajaba en las oficinas, un vendedor de madera y un tasador, este último conocido como Pepe el de Avión, que fue procesado varias veces por falsificar facturas. Todos aseguraron que Roberto H. firmaba recibos al comprar lotes de madera en el monte. Pero la hija de Roberto lo desmintió, dijo que él solo se dedicaba a vender aceite y neumáticos aunque era amigo del padre de la exconcejala y dueño del aserradero.

La Fiscalía pide para Ana Rosa Costas cuatro años y 9 meses de cárcel por los delitos contra la Hacienda Pública y por falsedad documental y una multa de 542.700 euros y la devolución de 418.000 euros defraudados en IVA y el Impuesto de Sociedades.