De un edificio en Coia a 900 viviendas a precios asequibles

M. J. F. Vigo / La Voz

VIGO CIUDAD

14 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Concejal de la primera corporación democrática de Vigo, secretario de la Federación de Asociaciones de Vecinos y extrabajador de Citroën, a Vitorino Enríquez nunca le dio miedo meterse en el embolado del mundo de la construcción. «Es un tema que conozco muy bien y es difícil que me metan un gol», asegura. Su aval, la honradez, es bien sencillo. Su experiencia, la que adquirió en el seminario y después completó con cursos. Gracias a ello se convirtió en el mayor cooperativista de Vigo con 900 pisos en su haber.

Comenzó hace más de treinta años con un edificio en Coia y enseguida brotó la demanda. Avenida de Madrid, Travesía de Vigo y A Miñoca fueron algunas de las zonas en las que dejó su impronta. Pero la más importante llegó con la macrourbanización de Navia, donde logró impulsar la construcción de 410 viviendas repartidas en cuatro grupos.

«Nunca me vi con el agua al cuello, ni tuve problemas, tanto con las entidades financieras como con los cooperativistas. Siempre sobró gente, si alguno se borraba, que eran pocos, había una lista de suplentes y pasaba el siguiente», explica. Tenía pensado retirarse de esta actividad tras construir la frustrada cooperativa en los terrenos de Castrelos, que pensaba iniciar este año.