Madrid se inhibe en la crisis de UGT tras la disolución de la ejecutiva viguesa

s. Antón VIGO / LA VOZ

VIGO

La secretaria gallega de organización viajó ayer a Vigo para reclamar a Santiago Rodríguez las llaves de su despacho

11 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Es un tema regional y es Galicia la que tiene que hacer la valoración». Es todo lo que, a través de un portavoz autorizado, dijo ayer la ejecutiva confederal de UGT sobre la disolución por sorpresa de la de Vigo acordada el miércoles en Santiago en una reunión de urgencia. Pero la cúpula gallega ha optado por guardar silencio: «Sin comentarios», sentenció un portavoz.

Entre tanto, en la sede viguesa del sindicato, la secretaria de organización de Galicia, Irene Martínez, reclamaba a media mañana de ayer al recién elegido secretario comarcal vigués las llaves de su despacho. Santiago Rodríguez se las entregó y desde ese momento pasó a ser un afiliado más, sin cargo orgánico alguno.

El ya exsecretario también optó por la prudencia, sobre todo porque, según explicó, aún no ha recibido ningún documento oficial en el que se le expliquen los motivos de la disolución. «Todo lo que me han dicho es de palabra», señaló.

Y lo que dicen de palabra los enviados desde Santiago -se presentaron otras tres personas con Irene Martínez- es que en el congreso celebrado el pasado 27 de septiembre se produjeron una serie de irregularidades. La principal podría ser que la mesa de credenciales autorizó la entrada del secretario comarcal saliente, Antonio Juste, si bien finalmente no entró en la sala.

Juste, muy crítico con la cúpula gallega, a la que que ha acusado entre otras cosas de no repartir equitativamente los fondos, fue el único que no tuvo ayer en valorar la situación: «Es un golpe de estado a la democracia». Recordó que el congreso del día 27 no solo discurrió conforme a lo que dictan los estatutos y normas del sindicato, sino que la candidatura del contrincante de Santiago Rodríguez, Roberto Puga, que obtuvo el 39 % de los apoyos, no presentó ningún tipo de objeción al proceso. «Han decidido no respetar la opinión del 61 % de los afiliados de la comarca. Que se ocupen de los chorizos de Andalucía, que en Vigo somos honrados», sentenció.

El equipo del secretario gallego, José Antonio Gómez, tendrá ahora que nombrar una gestora, que será la que se encargue del trabajo diario hasta que se convoque un nuevo congreso. En una cosa coinciden los votantes tanto de Santiago Rodríguez como de Roberto Puga: «Las cartas están repartidas y el resultado de la votación del futuro congreso que se convoque va a ser la misma».

Los dirigentes vigueses decidirán este fin de semana las acciones a realizar.