Caballero ignora a la oposición y no llevará la congelación de impuestos a pleno

J. Fuentes VIGO

VIGO

PP y BNG querían introducir cambios y profundizar en la rebaja ante la dureza de la crisis

08 oct 2013 . Actualizado a las 15:13 h.

16 de los 27 concejales de Vigo son partidarios de ir más allá que la simple congelación de impuestos municipales. Sin embargo, se impone la voluntad de los 11 que forman parte del gobierno. Esta aparente paradoja se está produciendo estos días en el Concello vigués, donde gobierna en minoría el ejecutivo socialista de Abel Caballero y que hoy acaba de confirma la concejala de Facenda. La socialista Raquel Díaz ha reiterado que «no es necesario» llevar a pleno las tasas ya que tras la congelación decidida por la junta de gobierno «todo sigue igual».

El alcalde, elegido gracias a los votos del BNG, sin cuyo respaldo gobernaría el PP como lista más votada, decidió la congelación ante la seguridad de que el Bloque no iba a respaldar un incremento de impuestos en las actuales circunstancias, aunque en los dos ejercición anteriores sí lo hizo. Para ello llevó la congelación a aprobación de su gobierno, y al no introducirse cambios se evita el trámite del pleno donde la oposición podría introducir un ajuste a la baja de mayor calado.

Ante ello populares y socialistas montaron en cólera, llegando el BNG a advertir de que si se produce votará en contra de las tres dos ordenanzas que quiere introducir Caballero para recaudar dinero de las empresas de telefonía, y otros destinados a beneficiar a las personas en dificultades económicas para que tengan más facilidades para aplazar pagos o accede a bonificiaciones en determinados impuestos.

Lo más grave para el alcalde es si el enfado del BNG pudiera afectar a la aprobación de los presupuestos del 2014, cuyos votos son imprescindibles. En tal supuesto no tendría otra salida que la prórroga o aceptar la mano tendida del PP para negociar con ellos las cuentas del año próximo. Los populares ya lo intentaron el año pasado, pero el alcalde los desdeñó a fin de no romper su relación con los que ha calificado hasta ahora como «socios preferentes».

En estas condiciones todo está abierto en este complicado fin de mandato, pero quedarse sin presupuestos en el 2014, y por tanto sin inversiones municipales, no es lo más conveniente para un gobernante a un año de las elecciones municipales del 2015.