Nadie vigila al señor Castro

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

El autor de la escultura reclama al Concello que repare su obra o la retire porque «no quise rendir homenaje al descubridor de una galaxia»

01 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Ni quise rendir homenaje a E.T. ni a ningún descubridor de una galaxia ni a Copérnico», afirma Jandro, el autor de la escultura de Castro, que se sitúa frente al Marco, en la calle del Príncipe. El escultor vigués cree que su homenaje al histórico vendedor ambulante de periódicos y revistas no puede seguir mutilado por más tiempo. Hace unos meses, esta pieza urbana sufría un segundo ataque. Alguien rompía el periódico que estaba en equilibrio sobre el dedo de Castro, desnaturalizando el conjunto escultórico.

Jandro afirma que su obra es objeto de atención permanente de los turistas que llegan a la ciudad. «Incluso, se fotografían con el dedo hacia arriba y a mí eso me ofende», señala uno de los fundadores de la Función Nautilus. Cuando el autor se dirigió, por segunda vez, al Concello de Vigo para reclamar el arreglo, le dijeron que no había presupuesto para la obra. «Yo renuncio a cobrar y el arreglo rondará los dos mil euros porque hay que acudir a una fundición», señala Jandro, para restar importancia económica a la restauración.

En cualquier caso, el escultor, que ahora reside en la parroquia canguesa de Coiro, reclama al gobierno municipal que de no arreglar la pieza es mejor que la retiren «porque es una vergüenza verla en esas condiciones». De hecho, no solo ha sufrido la amputación del periódico sino que alguien también le pintó de rojo las gafas.

«Desde un principio se habló de situar algún sistema de seguridad, por ejemplo, las cámaras de seguridad del Marco, pero no están funcionando», asegura Jandro. Desde el Marco aseguran que sí funcionan las cámaras aunque quizá no enfoquen hacia la escultura «porque se trata de una vigilancia perimetral del edificio». Añaden desde el museo de arte contemporáneo que, aunque pudiesen, la ley de protección de datos quizá tampoco les permitiese dirigir las cámaras más allá de los muros del edificio.

Aun así, Jandro cree que el Concello de Vigo debió de anunciar, tras el primer arreglo, el endurecimiento del castigo a quien atente contra un elemento del mobiliario público, como puede ser su escultura.

Desde 1998

«Se están pasando conmigo», dice, indignado. «La gente ya se hace fotografías con el dedo indicando el cielo, como la escultura», añade Jandro. «Yo nunca perseguí la gloria», afirma, el escultor, emulando a Antonio Machado. «De hecho, yo realicé esta obra en 1998, cuando estaba en Granada, y después empezaron a decir que me la habían encargado, eso no es cierto».

Aquel boceto de Jandro fue llevado al bronce durante el mandato de Lois Pérez Castrillo. Sin embargo, pasaron años para que el proyecto pudiera verse en la calle. Aquel retraso lo explica Jandro en privado pero no en público debido a que son cuestiones difíciles de demostrar.

Ahora, el señor Castro sigue allí, frente al Marco, dirigiendo uno de sus dedos al cielo y creando la misma duda a todos los visitantes. ¿Qué indica?