Aqualia y el Concello incentivan el consumo de agua con la actual tarifa

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Sistema de lectura remota de contadores de agua de Aqualia en el polígono de Navia.
Sistema de lectura remota de contadores de agua de Aqualia en el polígono de Navia. gustavo rivas< / span>

El gobierno vigués tendrá que decidir ahora si mantiene el sistema en 2014

01 sep 2013 . Actualizado a las 19:54 h.

La tarifa que se aplica en Vigo es posiblemente la única en España en la que se sugiere al consumidor medio que use el agua que desee sin preocuparse del precio. El sistema que emplean para ello tanto el Concello como responsable del servicio como la empresa que se beneficia de la recaudación, Aqualia, es sencillo: gaste el agua que gaste pagará un mínimo de 30 metros cúbicos. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de las familias no alcanzan ese consumo, lo mismo les da tener el grifo cerrado que abierto.

Aunque los últimos gobiernos municipales han mantenido el sistema, desde hace un par de años la mayoría de la corporación está en contra. Sin embargo, este posicionamiento no ha tenido consecuencia alguno. Todo lo contrario, en noviembre del 2011 el gobierno de Caballero, en minoría pero con capacidad legal para hacerlo, decidió en solitario prorrogar cinco años el contrato a Aqualia a cambio de una serie de inversiones. De esta forma, una concesión que hubiera expirado en diciembre de 2015 se alargará en las mismas condiciones tarifarias hasta el 2020.

El primer indicio de que las cosas podrían cambiar se produjo en septiembre del 2011 con la demanda del BNG de que se modificara la tarifa. Los nacionalistas, que acababan de abandonar el gobierno de coalición con los socialistas de Caballero, exigieron para votar los presupuestos del 2012 el compromiso de que en los meses siguientes se estudiaría el cobro por agua realmente consumida.

Con este acuerdo Caballero logró sacar adelante los presupuestos en 2012, pero de la comisión prometida nada se supo. Por ello hace un año los nacionalistas volvieron a replantear el debate también con los presupuestos del 2013. Al final el compromiso fue un poco más lejos: congelación de la tarifa en 2013, que se ha cumplido, y elaboración de un estudio para analizar la viabilidad del cambio de tarifa. Pese a ello, dicho documento, elaborado por Aqualia, la conclusión a la que llega es que modificar la tarifa provocaría un grave quebranto a la concesionaria.

En estas condiciones el próximo mes se diseñarán los presupuestos del 2014. Otra vez se abrirá el melón de una modificación tarifaria que ya ha sido aprobada en tres ocasiones por el pleno, sin consecuencia alguna. De no avanzarse ahora sería imposible hacerlo antes de las municipales del 2015.