El Sergas deja para el 2014 el nuevo concierto con Povisa

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Todavía no hay acuerdo económico para atender a 135.000 personas

13 may 2013 . Actualizado a las 13:19 h.

Cuando terminó diciembre del 2010, se habían agotado todas las prórrogas del concierto que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) había firmado diez años antes con el Hospital Povisa para que se hiciera cargo de la atención sanitaria de 145.000 personas del área de Vigo. Entonces, la Xunta se sacó de la manga un recurso: prorrogar ese contrato «por razóns de interese público», mientras negociaba uno nuevo. Esto significaba obligar a Povisa a seguir atendiendo a los mismos pacientes aunque no hubiera un contrato.

Desde entonces, con distintos grados de intensidad, Povisa y el Sergas han estado trabajando en un nuevo concierto. Y ahora, la Consellería de Sanidade ha retrasado hasta el próximo año la entrada en vigor de ese contrato. El Sergas cuenta con Povisa, le asignará una población de referencia de unas 135.000 tarjetas sanitarias, pero de momento se mantiene en esa insólita situación de prórroga por interés público. Si se cumplen esas previsiones que el secretario xeral técnico de la consellería, Antonio Fernández-Campa, les trasladó a los representantes sindicales del hospital privado en una reciente reunión en Santiago, cuando entre en vigor ese acuerdo habrán pasado tres años con un contrato vencido.

Y es una situación nunca vista en un contrato de esa magnitud. El Sergas transfiere cada año 74 millones al hospital privado, propiedad del Grupo Nosa Terra, de la familia Silveira. Ese es el importe base, que se revisa en función de la actividad que realice el hospital. Además, el año pasado el Sergas pagó otros 1,7 millones por programas farmacoterapéuticos.

El Sergas evitó comentar sus planes con La Voz. Pero según los sindicatos, ante la posibilidad de que en el hospital se imponga el convenio provincial, que en algunos casos rebajaría los salarios un 40 %, el secretario xeral les transmitió que el hospital recibiría también menos dinero del Sergas, al reducir sus costes de producción.

Las relaciones entre el hospital privado y la consellería han atravesado distintas etapas, pero parecían más cercanas en el verano pasado. En julio, en una comparecencia, el consejero delegado del hospital, José Bernardo Silveira, aseguró que esperaba que «antes de agosto» se pudiera cerrar un acuerdo.

No llegó. El principal escollo durante toda esta larga negociación ha sido el capítulo económico. Povisa viene cobrando por la actividad que realiza, pero se ha pactado que reciba una cantidad fija por paciente, lo que se conoce como cápita. El modo de pago es diferente, pero el Sergas no quiere que el precio total del concierto se incremente, aunque el sistema tendría consecuencias para el hospital: Sanidade ha puesto sobre la mesa que si Povisa tiene que derivar algún paciente a otro hospital -porque no practica una especialidad, porque quiere hacer más pruebas o por cualquier motivo- asuma el coste.

Claro que al final el Sergas no contará con la baza del nuevo hospital, que le daría una posición distinta en la negociación por dos motivos. Uno es que el complejo que se construye en Beade se diseñó con capacidad para asumir a los 600.000 pacientes del área sanitaria. El otro es que el nuevo concierto establecerá la libre adscripción de hospital: los ciudadanos del área de Vigo podrán elegir cada año entre el de Beade y Povisa, que ahora viene impuesto por su lugar de residencia. Pero el estancamiento de la obra del nuevo hospital es evidente y no podrá estar en funcionamiento antes de que se firme el concierto con Povisa.