La viguesa muerta en Urgencias llevaba tres horas esperando

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Cuando falleció había boxes libres. El Chuvi abre una investigación

29 sep 2015 . Actualizado a las 16:57 h.

No es extraño que muera una persona en un servicio de Urgencias. Pero el martes por la noche, una mujer falleció en la sala de espera, cuando aguardaba a ser atendida. Y esto sí es extraordinario. Ocurrió en el Hospital Xeral de Vigo y la dirección del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) ha abierto una investigación interna, como adelantó ayer la edición digital de La Voz. Según relatan fuentes sanitarias, la mujer entró a las 19.45 horas en Urgencias y dio sus datos en el mostrador de admisión. A continuación la vio un médico en una consulta. Era una señora de 81 años, residente en Vigo, enferma crónica del corazón, muy fatigada, a la que se diagnosticó astenia. En el momento no se apreció ninguna enfermedad aguda que hiciese necesaria una atención de emergencia. Tras pasar ese primer filtro, se sentó en la sala de espera y, mientras aguardaba a que la atendiesen, falleció. Eran las once de la noche. La mujer llevaba tres horas allí. En ese momento, explican fuentes sanitarias, había disponibilidad de medios en el Hospital Xeral. La jornada había sido vertiginosa: el servicio estaba a tope y la falta de camas libres en todo el hospital formaba un tapón en Urgencias que no permitía pasar pacientes a planta. Cuando esto ocurre, habitualmente hay dos pacientes en cada box de atención. Sin embargo, según fuentes no oficiales consultadas en el complejo, había cuatro boxes disponibles en el momento en que murió la mujer. Atención prioritaria Mario González tomó posesión el lunes como gerente del Chuvi. Ayer inició una investigación interna para esclarecer por qué una paciente pudo morir en la sala de espera de Urgencias. Esas pesquisas determinarán si se dio una prioridad suficiente al caso. Los médicos de urgencias no atienden antes a quien llega primero, sino que establecen prioridades en función de la gravedad y de la urgencia. La dirección del hospital investiga si el procedimiento fue correcto. Fuentes médicas consultadas por este periódico reconocen que cabe la posibilidad de que la señora hubiera muerto de todos modos si la hubieran atendido a tiempo y descartaron mala praxis, pero admiten que es «dramático» e «insólito» que fallezca en la sala de espera. El Sergas no ha querido ofrecer datos de la mujer «por respecto á paciente e á familia». La asociación El Defensor del Paciente ha remitido una carta al fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, para pedirle que investigue la «presunta denegación de asistencia» en este caso. Desde Comisiones Obreras, Araceli Loureiro se queja de que la dirección del Chuvi no abriera un anexo ubicado junto a Urgencias con seis camas en vista de la gran presión sobre el servicio. Malules Carbajo, de Satse, coincide con esa crítica y recuerda que hay una baja de un médico sin cubrir en el servicio. Antonio Iglesias, de CIG, también ha pedido que se abra ese anexo. No por los recortes El Sergas negó que se pueda ligar el fallecimiento con la falta de recursos en el Chuvi porque, aseguran, no se ha realizado «ningún recorte ou diminución dos seus recursos nin das súas prestacións». Establecer esa relación, según el Sergas, sería «falso, demagóxico e oportunista». El PSOE, AGE y el BNG pedirán explicaciones en el Parlamento y sí vincularon el caso a posibles recortes. Ambos grupos coinciden en que no se han reforzado las urgencias a pesar de que lo ven necesario.