David Reboredo no es un traficante

Carmen Avendaño

VIGO

Es necesaria una modificación de ley, apoyada por los profesionales jurídicos, que adecúe las condenas a los diferentes tipos de delitos. Esperamos el indulto de David, pero también queremos que un problema tan generalizado sea corregido por los entes que nos representan.

03 feb 2013 . Actualizado a las 18:01 h.

Me parece que con el tiempo transcurrido por el tema David Reboredo, por la movilización y concienciación social y por el revulsivo de la sociedad, creo que es el momento de reflexionar de forma serena y tranquila e intentar que la sociedad entienda que desgraciadamente el problema de David no es único.

Desde el conocimiento de muchos años de trabajo en prisiones y de mi relación con el mundo de la justicia, la percepción que tengo, desearía que llegara también a la opinión pública. Empezaré diciendo que a David y a su familia los conozco desde hace muchos años por la vecindad y amistad de nuestras familias en O Calvario. También quiero destacar que fue nuestro usuario en ocasiones, dada su larga trayectoria de drogodependencia, tanto en los servicios jurídicos como en la formación e inserción laboral. Y también quiero que se sepa que los indultos solicitados al Consejo de Ministros fueron apoyados por mí, en nombre de la Asociación y Fundación Érguete.

David Reboredo forma parte de aquellos muchísimos jóvenes de la época de los 80 que cayeron, por desconocimiento, en el mundo de las drogas. Y después de dejar claro el apoyo a David es el momento de reflexionar.

Desgraciadamente, personas como él, que trapicheaba esporádicamente con drogas para su consumo personal, o que cometían algún tipo de delito están reconocidas por la OMS como enfermos, susceptibles de recaídas. Por eso no es extraño que David tenga dos sentencias por quebrantamiento del primer juicio al que fue sometido. Pero también se tiene que aclarar, que lo que no es comprensible -y ahí está el fondo de la cuestión- es que se confunda a un trapichero consumidor con un traficante. Así lo recoge el Código Penal en su última modificación. Paradójicamente, a estos pringados, por menos de medio gramo de droga entre los dos juicios se le aplican tres años y medio de condena por cada una de las condenas, en total siete años.

Si comparamos que los auténticos narcotraficantes, de miles de kilos, que llegan a arreglos en las salas con aplicación de arrepentimiento («que me rÍo yo») consiguiendo en algunos casos una condena de seis años con un máximo de nueve, cuando se está hablando de personas cuyo único interés es el económico, sin importarles los muchos David Reboredo que están ahora en la calle, o en la cárcel, destruyéndose a sí mismos y a su entorno.

Viviendo en este momento situaciones donde la sociedad desgraciadamente observa cómo personajes de todas las esferas no tienen escrúpulos en delinquir con sobornos, chanchullos? con una falta de ética que les correspondería por los cargos y representación que tienen sobre los ciudadanos, no podemos evitar pensar que este país tiene grandes agujeros en sus sistema y que se necesita de forma clara y concreta, apoyada por todos los representantes y profesionales jurídicos, una modificación de ley que adecúe las condenas al tipo de delitos.

No estaría nada mal que determinadas personas como Esperanza Aguirre conozca el Código Penal para que sepa que los delitos viales son delitos penales. Así se contempla en una reforma puntual del Código.

Por cierto, tenemos muchas personas encarceladas por estos delitos que tienen que romper su vida familiar, laboral y social por entrar en la cárcel, y no les dan la excarcelación inmediata como al señor Carromero por su militancia política, infringiendo o pasando muy de puntillas por el delito.

Estos acontecimientos nos tienen que hacer reflexionar. Esperamos el indulto de David, pero también queremos que un problema tan generalizado sea corregido por los entes que nos representan no solo para el caso tan justo como el de David Reboredo sino para todos los David Reboredo encarcelados o pendientes de cárcel

tribuna abierta

«Personas como él están reconocidas por la OMS como enfermos»

«Hay muchas gente encarcelada por estos delitos, a los que se les rompe la vida»