Juzgado un sin techo por agredir a 4 policías al sacarlo de un albergue en Vigo

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Alumnos universitarios de Vigo y el acusado, al terminar el juicio
Alumnos universitarios de Vigo y el acusado, al terminar el juicio E.V.PITA

La abogada de oficio pidió un descanso, agobiada por la supuesta presión de la jueza

24 ene 2013 . Actualizado a las 19:23 h.

Un juicio lleno de anécdotas que reúne todos los dramáticos ingredientes para impresionar a un estudiante de Derecho. Un sin techo de Vigo era juzgado por resistirse a abandonar un albergue al que quería acceder ebrio y luego forcejear con cuatro agentes y dañar un coche patrulla. Una treintena de alumnos de la Facultad de Traducción y de Derecho de la Universidad de Vigo que asistían como público escucharon alucinados como, en mitad del juicio, la abogada de oficio se levantó y pidió, con los ojos empañados, la suspensión por 10 minutos de la vista porque se sentía agobiada y presionada por tanto público y por las reiteradas interrupciones de la magistrada que, en su opinión, vulneraban el sagrado derecho de defensa.

El juicio se celebró en el juzgado de lo Penal número 2 de Vigo. La vista se reanudó 10 minutos después de la insólita petición que ni fiscal ni jueza habían oído jamás en su carrera.

El indigente, J.A.C.J., de 60 años, se enfrenta a 7 meses de cárcel y multa de 630 euros, por resistirse con patadas a ser detenido por 4 policías que lo desalojaron del albergue de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis, en Vigo, el 14 de junio del 2010. La policía local le reclamaba inicialmente 1.192 euros por dañar a patadas la puerta de un coche patrulla aunque el taller redujo la factura a la mitad.

Sin memoria de la trifulca

El acusado alegó que estaba ebrio y no recuerda la trifulca en el albergue. «Soy pobre, vivo en la calle pero respeto la ley», aseguró a su señoría. Añadió que sufre 15 años de alcoholismo y mezcla la bebida con su medicación, no tiene domicilio fijo, y vive de albergue en albergue por toda España.

Otros testigos dicen que llegó tarde y quería entrar en el albergue ebrio, lo que está prohibido. Ademas, estaba violento. Tras negarse a identificarse, fue sacado a rastras por cuatro agentes municipales pese a su resistencia.

La Fiscalía le benefició con una atenuante por «intoxicación etílica severa» y retiró la acusación de falta de insultos aunque mantuvo los delitos de resistencia y daños. Rebajó la responsabilidad a 581 euros por los desperfectos en el coche patrulla.

La abogada impugnó la factura de los daños y pidió una condena leve de localización permanente y multa leve por una falta de daños y otra de desobediencia.

«Estoy solo desde que tenía 10 años»

La acusación ejercida por los agentes rechaza la nulidad de las actuaciones porque considera que el sin techo intentó agredir a un portero del albergue y al director, el padre Donaire. No se opone a sustituir la prisión por multa al indigente, que cobra una pensión por 426 euros por enfermedad. Recalcó su benevolencia al aplicar una atenuante por embriaguez, que nadie probó documentalmente.

La abogada del acusado insistió en la extrema necesidad del acusado, que está enfermo sólo puede alojarse ocho días seguidos en el mismo albergue lo que le obliga a itinerar o dormir en la calle si no encuentra plaza. «Fue una pataleta pero qué podía hacer un hombre enfermo contra cuatro policías jóvenes», dijo. También ve una vulneración de su derecho en la instrucción.

En su alegato final, el sin techo pidió disculpas y dijo que «soy un enfermo crónico, estoy solo desde que tenía 10 años y lo que necesito no es algo severo sino ir a un sitio donde me cuiden y me den la medicación».