Vigo es la única gran ciudad del norte sin carril bici urbano

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

VIGO

<span lang= es-es >Gijón</span>. El carril está separado de la calzada por un bordillo, lo que conlleva cierto peligro para el ciclista en caso de caída.
Gijón. El carril está separado de la calzada por un bordillo, lo que conlleva cierto peligro para el ciclista en caso de caída. EVP< / span>

En cinco años, Barcelona logró situarse entre las tres mejores europeas

28 jul 2012 . Actualizado a las 07:10 h.

Vigo es la única ciudad de la cornisa norte que carece de carril bici o de un plan para implantarlo. Ciudades como Pontevedra, A Coruña, Avilés, Gijón, Oviedo, Santander, Bilbao o Vitoria han ensayado sistemas para mejorar la seguridad de los ciclistas por la ciudad y convertir la bicicleta en un vehículo más de transporte.

Por ejemplo, Oviedo aprovechó el dinero del plan A -la versión asturiana del Plan E- para limitar el tráfico a 30 kilómetros por hora en tramos por los que pasan bicicletas además de señalizar carriles. En Vigo, el Concello acometió las humanizaciones sin plantearse que la ampliación de aceras ofrecía una oportunidad para habilitar un carril de doble sentido para los ciclistas.

Otras ciudades como A Coruña o Gijón, de forma más modesta, han dotado a sus paseos marítimos de carril bici para que los usuarios circulen sin tropezar con los paseantes. En Avilés, el itinerario discurre por los muelles rehabilitados tras la construcción del centro Niemeyer. En Bilbao, la ruta para ciclistas y patinadores discurre paralela al río Nervión y a la zona portuaria rehabilitada del Museu Guggenheim. Sin embargo, en el paseo de Samil no hay nada parecido para llegar a la playa y peatones y bicis comparten la acera.

La mayoría de las ciudades del norte han implantado en los últimos años un sistema de alquiler de bicis, que el cliente puede retirar de una quincena de puestos o estaciones de servicio repartidos por el casco urbano. En Santander, lo denominan Tusbic y el usuario paga una cuota para moverse a lo largo de 17 kilómetros de pasos habilitados.

En A Coruña, las bicis de alquiler se pueden retirar en 15 puestos con la tarjeta Millenium, el equivalente a la Tarjeta Verde del bus de Vitrasa, y por un máximo de dos horas. En Bilbao, los usuarios pueden recoger las bicis en puestos que cuentan con 20 unidades y en pleno centro, como el Arenal y el teatro Arriaga.

Otras ciudades, como Vitoria, requieren una financiación urgente de cinco millones para mantener el servicio de alquiler pero los ciudadanos no parecen dispuestos a renunciar a ese servicio.

Algunos críticos del carril bici alegan que en Vigo sería muy peligroso a causa del caótico tráfico. Pero ciudades como Gijón ya ensayan carriles especiales separados de la circulación por un bordillo. La idea no acaba de convencer porque ese bloque de hormigón puede causar lesiones fatales al ciclista en caso de sufrir una caída.

Otra de las discusiones es la existencia de cuestas en Vigo. Nadie ignora que también existe un tramo prácticamente llano desde Teis a Cánido de 20 kilómetros y otro que va desde la Travesía de Vigo, en Teis, hasta la plaza de España con una pendiente suave.

Del mismo modo, se puede ir desde O Calvario y Pizarro a Plaza América por la avenida de Camelias por desniveles leves.

Los estudiantes extranjeros han descubierto esta ruta que pasa por la calle peatonal de O Calvario para llegar en bici a la Escuela de Idiomas sin peligro de ser atropellados.

En A Coruña, el carril bici del Paseo Marítimo tiene cuestas tan pronunciadas que hay que subirlas con la primera marcha. Pero muchos ciclistas hayan rutas alternativas y rodeos para ahorrarse el esfuerzo.

La dificultad de señalizar tramos tan extensos de calzada puede superarse como ha hecho Oviedo, creando las zonas 30 para que el tráfico circule lento al paso de las bicis. Otros, como Londres, aprovechan el carril bus o pintan de azul el arcén para ahorrar dinero.

Inversión

Ayer mismo, el colectivo Masa Crítica volvió a reivindicar más apoyo institucional a las bicicletas. El último viernes de cada mes decenas de personas salen juntas a rodar en sus bicis para demandar ese apoyo. POrque en mayor o menor grado, las ciudades de la cornisa Cantábrica y de Galicia llevan años invirtiendo en infraestructuras relacionadas con la bici mientras Vigo no ha acometido ninguna.

Y no hay que olvidar que Barcelona empezó su programa de movilidad en dos ruedas hace tan solo cinco años y ya ha conseguido situarse entre las tres ciudades europeas mejor adaptadas a este transporte alternativo. Esto demuestra que solo es necesario voluntad para conseguirlo.

Oviedo aprovechó el dinero del Plan E para favorecer el tráfico de los ciclistas

En A Coruña el carril del paseo marítimo tiene cuestas muy pronunciadas