Dicen quienes saben de eso que una ciudad necesita referencias de todo tipo para venderse en el exterior. Desde marcas aparentemente menos relevantes, como por ejemplo un equipo de fútbol competitivo, hasta factores tan decisivos para los inversores como una gran infraestructura. Durante años, el Celta y el puerto han sido dos de los mejores embajadores que ha tenido Vigo y es importante que ambos vuelvan a lo más alto: uno ascendiendo a Primera División y el otro figurando en el mapa de los puertos nodales de Europa. Ese, y no otro, es el lugar que les corresponde. La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha comprometido su palabra en dar esa batalla por que el puerto vigués figure en el mapa. Desde la Federación de Transportes de UGT la apoyamos, como no podía ser de otra manera, y le recordamos también que tiene en su mano hacer que Vigo figure también en otro mapa de extraordinaria importancia: el de la alta velocidad ferroviaria.
Un momento de crisis galopante como el actual no puede ser motivo para retrasar las grandes obras públicas. No debería. Ahora es cuando hay que invertir en infraestructuras que garanticen el desarrollo económico. La llegada de la alta velocidad a Vigo es fundamental para todo el sur de Galicia y su retraso solo significaría un agravamiento de la situación. El momento es complicado, obviamente, y hay que buscar soluciones imaginativas. Nosotros procuramos aportar ideas. Lo hicimos proponiendo el tren híbrido Vigo-Madrid por la vía del Miño, como solución transitoria para ir acortando los tiempos de viaje, y estamos dispuestos a seguir exprimiéndonos el cerebro para garantizar una salida directa hacia la Meseta mientras no se ejecuta la variante de Cerdedo. Lo importante es que Vigo figure en el mapa. Y eso no pasa por ir en tren por Santiago, ya que se rompería el equilibrio territorial entre el el norte y el sur de Galicia.