La contaminación que pasa factura

La Voz

VIGO

Los vigueses pagan 13 euros en cada recibo por un saneamiento que no se produce: el mal funcionamiento de la depuradora provoca el vertido diario de 250 millones de litros a la ría

25 mar 2012 . Actualizado a las 07:08 h.

Empezaba la semana con la rotura del emisario central de la depuradora y el vertido de aguas residuales en Bouzas. No es ninguna ironía decir que, sencillamente, se cambió durante un par de días el punto de vertido. Tampoco es novedad alguna que Bouzas sufriera esos vertidos, frecuentes desde hace quince años por los reiterados fallos de las estaciones de bombeo y la saturación de los aliviaderos del emisario.

La historia de la presunta depuradora de Vigo (presunta pues nunca cumplió tal función) es un buen ejemplo del valor real que las distintas administraciones le otorgan, más allá de los discursos, al cuidado del medio ambiente.

La normativa comunitaria que exigía la depuración de las aguas residuales a poblaciones de más de 150.000 habitantes habilitaba los presupuestos estructurales necesarios para la realización de las infraestructuras pertinentes. El problema (eran otros tiempos) no era el dinero, pero una depuradora, además de ser irrelevante para concellos, xuntas y ministerios que hasta entonces no se habían planteado ni remotamente su necesidad, no precisaba cantidades significativas de ladrillo, asfalto y cemento que eran, y siguen siendo, las auténticas prioridades. Cumpliendo el tópico de que lo barato acaba saliendo caro, el cicatero presupuesto de dos millones de euros invertidos en la época de abundancia de 1997 se convierten quince años después en 238 millones para corregir los errores cometidos? y dudamos que el resultado final, que repetirá exactamente los mismos errores a una escala mayor, no sobrepase los 250 millones.

Desde el principio del proyecto de la actual depuradora, hace 15 años, ya era complicado justificar su ubicación, en una zona no urbanizable y de especial protección por sus valores naturales, tratándose de la única marisma viguesa, aunque ciertamente en el año 1997 la zona tampoco disfrutaba de un especial cuidado medioambiental, pues era el vertedero natural de la cloaca en la que se había convertido el Lagares, pero en cualquier caso la decisión de instalar allí la depuradora sencillamente obedecía a economizar estaciones de bombeo y, fundamentalmente, a la escasa población del entorno que se traduciría en menor oposición y menor coste electoral.

Todo el proceso fue una chapuza de principio a fin. Relatarlo sería interminable, pero algunos datos pueden evidenciar una calificación tan contundente. Su capacidad de depuración alcanza los 1.500 litros por segundo de aguas residuales urbanas, pero recibe el doble y mezcladas con aguas residuales industriales.

El otro gravísimo error fue conectar absolutamente todo a los colectores, de forma que aguas residuales urbanas, industriales y pluviales convergen en la misma instalación que debería tener sistemas independientes y diferenciados para cada tipo de tratamiento, incompatibles entre si, además.

Los tres digestores de lodos previstos se quedaron en dos, sin accesos laterales para su liberación, con lo que el fallo de uno de ellos, frecuente además, colapsa todo el sistema y genera los característicos malos olores.

Esos olores tienen mucho que ver con que en el proyecto original no existía tratamiento alguno de gases, y cuando se acopló unos años después, se hizo sobre un diseño en el que resultaba complicado encajarlos.

Por otra parte el aporte de áridos colapsa el sistema en cada época de lluvias, fruto de la brillante idea de instalar la depuradora en la desembocadura del Lagares.

Los lodos de la depuradora son un indicativo fiable de la calidad de la depuración y de lo que estamos esparciendo por la ría. Los informes del Ministerio de Medio Ambiente indican un pleno sea cual sea el parámetro de contaminación que busquemos. Tanto metales pesados, como organoclorados, como otras sustancias químicas de síntesis aparecen en los lodos. Mercurio, cobre, plomo, cadmio, níquel, cinc... se encuentran en cantidades significativas (en algunos casos alarmantes) y no olvidemos la denuncia del 2004 de vertidos ilegales de esos lodos vigueses en tierras de cultivo de ¡Monforte! El destino actual de esos lodos es un misterio en el momento de escribir este artículo. Una pregunta tan simple como «¿a dónde van los lodos de la planta de Vigo y qué se hace con ellos?» es una mala pregunta tanto para el Concello como para Augas de Galicia.

Si algo aprendimos los ecologistas en treinta años es que, si se piden datos sobre cuestiones ambientales de Vigo, el Concello es el último recurso. Cuanto más lejos de Vigo busquemos más información se consigue y más accesible es. La cantidad y calidad de los vertidos de la depuradora es un buen ejemplo.

Una depuradora que no depura es un juego de palabras, pero un dato importante relacionado directamente con esta circunstancia lleva años pasando desapercibido: por el saneamiento de nuestras aguas pagamos algo más de 13 euros en cada recibo bimensual, unos 5 millones al año. La pregunta parece pertinente: si pagamos por un servicio que no se nos presta (objetivamente el saneamiento no se produce), ¿no se podría considerar un timo? ¿No deberían devolvernos ese dinero?

Trasladar estos datos a una cifra puede ser revelador: Vigo vierte cada día más de 250 millones de litros de aguas contaminadas a la ría y 40.000 kilos de lodos contaminados tierra adentro. Quizás estas cifras consigan explicar el motivo de la sanción por parte de la Unión Europea, aunque difícilmente explican la vergüenza colectiva que deberíamos sentir porque tenga que ser Bruselas quien obligue a limpiar nuestra propia ría.

Que la depuradora no depura es un simpático juego de palabras, pero no olvidamos la eterna depuración pendiente en estos casos de malversación de fondos públicos: la depuración que nunca llega, la de las responsabilidades. La de quienes en el 1997 se daban codazos por salir sonrientes en la foto anunciando el fin de la contaminación a la ría, y los que saldrán en la foto siguiente anunciando lo mismo 20 años después..

chequeo al medio ambiente La edar de coruxo

Pregunta incómoda: ¿Dónde van los lodos de la planta y qué se hace con ellos?