Los caballitos más protegidos

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

VIGO

Un equipo del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo estudia una colonia de hipocampos camuflada en aguas de la costa de Bueu

17 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Una colonia de caballitos de mar o hipocampos sobrevive a poca distancia de la línea de costa en la ría de Pontevedra, ocultos entre las algas. Estos expertos en técnicas de camuflaje son viejos conocidos de los marineros de O Morrazo, que antes los encontraban con bastante frecuencia en sus aparejos. Ahora las capturas accidentales son cada vez más raras, según Sonia Valladares, investigadora de una tesis doctoral sobre el hippocampus guttulatus, una de las dos especies que conviven en la zona. La otra, el hippocampus hipocampus, es todavía más escasa, aunque se ven ocasionalmente en la ría.

Hace año y medio que un equipo del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, bajo la responsabilidad del CSIC, investiga el estado de las poblaciones de caballitos de mar en una pequeña franja entre Petís y Loureiro, en Bueu. El declive de la especie en Galicia en la última década ha hecho que sea más fácil verlos disecados en piezas marinas a la venta para turistas que en su medio ambiente natural. El hipocampo está protegido por ley y se recomienda que si alguien los coge los devuelva al mar.

En la última inmersión en aguas buenenses, el equipo del CSIC encontró dos ejemplares juveniles, un macho y una hembra, ocultos entre las fanerógamas, una planta marina que crece en los fondos de la ría. Es el hábitat ideal para un animal que tiene pocos recursos, aparte del camuflaje, para escapar de sus depredadores. «Son muy difíciles de ver porque emplean técnicas de camuflaje. No huyen nadando porque no son buenos nadadores», incide Valladares. De hecho, los caballitos de mar son animales bastante tímidos. No se les suele encontrar en parejas y menos aún en grupo.

Marcaje y seguimiento

El operativo técnico en Petís es sencillo. Una vez localizado un ejemplar, el equipo científico lo mete en una bolsa con agua y lo sube a la superficie para llevarlo al puerto de Bueu. En el muelle, proceden a pesarlos, medirlos y tomarles algunas otras muestras.

También se deja una boya con la ubicación exacta de cada avistamiento. El flotador sirve para precisar a dónde hay que devolver los caballitos cuando acaba la operación en tierra.

Para poder hacer un seguimiento a la colonia, se emplea un método identificativo. «Utilizamos un producto con un color fluorescente, que es subcutáneo e inocuo», precisó la técnica del CSIC. Con una jeringuilla ponen esta sustancia en la cola y así saben cuando encuentran un ejemplar nuevo para su estudio.

Los trabajos en Bueu son parte de un proyecto más ambicioso, denominado Hippocampus, impulsado por el Instituto de Investigaciones Marinas y el CSIC y dirigido por Miquel Planas.

El operativo desarrollado en la ría se centra principalmente en el número de ejemplares, el estado de la población y su dieta. Estos son los objetivos que se marcó Sonia Valladares cuando comenzó a zambullirse en las aguas pontevedresas a la búsqueda del esquivo animal. La alimentación de los hipocampos es un tema que todavía requiere una investigación más intensa.

El equipo vigués, completado por Manuel Garci (cámara) y Alex Chamorro (buceador y fotógrafo), tiene como uno de sus objetivos desvelar algunas de estas incógnitas. En principio, consumen fundamentalmente crustáceos.

En unos meses, cuando remate el trabajo de campo, el grupo profundizará en el análisis de datos y expondrá conclusiones más seguras. Valladares manifestó que toman también muestras que analiza en laboratorio con la técnica de isótopos estables, para conocer aspectos relacionados con la alimentación.

Una web con vídeos y sorpresas

El equipo científico del proyecto Hippocampus difunde, en una web del CSIC y en Facebook, amplia información sobre los caballitos de mar en Galicia y sus investigaciones. Una de las características de estos animales es que la hembra deposita sus huevos en una bolsa ventral del macho, donde nacerán después. En el 2009, los investigadores soltaron los primeros caballitos de mar criados exclusivamente en cautividad.