La asociación cultural se estrenará en febrero con un homenaje al autor de «20.000 leguas de viaje submarino» y aspira a celebrar el congreso mundial sobre el escritor
29 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La pasada semana, se constituyó oficialmente la Sociedad Verniana de Vigo. Es la segunda de España, tras la de Barcelona. Y se une a un selecto club que tiene sedes desde la ciudad natal de Julio Verne en Francia, Nantes, hasta Alemania, Italia, Inglaterra, Polonia, Croacia, la Polinesia francesa o EEUU, donde los vernianos organizan cada año un congreso mundial que reúne a miles de personas.
No se trata de los clásicos frikies, como los trekkies que siguen Star Trek o quienes se disfrazan de la Infantería Imperial para celebrar la saga de La Guerra de las Galaxias. Los vernianos son otra cosa.
Estas sociedades culturales se constituyen para honrar la figura de Julio Verne. Y entre sus afiliados abundan los profesores y los expertos. En sus congresos, no faltan las ponencias científicas sobre el visionario autor francés.
La Sociedad Verniana de Vigo fue constituida la pasada semana y tiene por presidente al periodista y escritor Javier Viana. Y, entre sus socios fundadores, hay empresarios, profesionales, periodistas o profesores de universidad. También, artistas, como los que festejarán el próximo 8 de febrero el cumpleaños de Verne ante su estatua en As Avenidas.
El acto será el estreno en público de la Sociedad Verniana. Por ahora, se sabe que habrá la preceptiva corona de flores y la actuación de una Orquesta Submarina, en la que participarán músicos locales como Julián Hernández, Nicolás Pastoriza, Óscar Avendaño o Pablo Novoa. Incluso se prepara un himno, con el lema Vigoverne, para anunciar los fastos.
Habrá también actos en el Casco Vello, una presentación gastronómica y proyecciones cinematográficas. Además, se repartirá merchandising de la nueva sociedad, de carácter cultural, y que se financia con las cuotas de sus socios.
El objetivo final es lograr que, en el futuro, Vigo pueda acoger el Congreso Internacional Verniano, que este año organiza la North American Jules Verne Society en Marion (Carolina del Norte). Sólo en una ocasión, en 2005, se celebró en Europa, concretamente en Amiens (Francia), donde falleció el escritor, en 1905.
Vigo, sin embargo, tiene motivos para reclamar el congreso. Y para reivindicar a Verne. En junio de 1878, desembarcó en A Laxe el mayor divulgador de la ciudad que haya existido nunca. A bordo del yate Saint Michel III, un gigante de 31 metros de eslora, propulsado a vapor y a vela, el escritor francés hizo escala en esta ría en un viaje entre su ciudad natal, Nantes, y el Mediterráneo. Y fue recibido con los mayores honores.
Los vigueses le tributaron una «procesión cívica», con las autoridades escoltando al autor. Hizo vida social en el recién inaugurado paseo de la Alameda. Y se le tributó un baile en la elitista sociedad La Tertulia, que presidía el alcalde, Manuel Bárcena.
«Es indudable que Mr. Verne, a quien le ha agradado mucho la posición geográfica de Vigo y su pintoresca campiña, lleva a la vez grato recuerdo de la sociedad viguesa», narraba la crónica local de la época.
Nadie dudaba entonces, hace 134 años, que el genio francés acababa de convertirse en el mayor propagandista de la ciudad. Nueve años antes, en 1869, había publicado su novela mayor, 20.000 leguas de viaje submarino, en la que dedicaba todo un capítulo a la ría y a los galeones de Rande.
«En estos momentos, nos encontramos en la bahía de Vigo y sólo de ustedes depende el descubrir los secretos que en ella se encierran», señala el capitán Nemo a sus huéspedes en el capítulo VIII, titulado En la Bahía de Vigo.
Seguidamente, el comandante del Nautilus narra la batalla de Rande y, ante la gran claraboya del sumergible, el profesor Aronnax y el arponero Ned Land contemplan cómo los buzos extraen, de los fondos de San Simón, el oro y la plata de los galeones hundidos en 1702. Y esta es la fórmula con la que Nemo financia sus expediciones.
Julio Verne pasó varios días en la ciudad y reparó su barco en los talleres que el industrial Antonio Sanjurjo Badía poseía en Areal. Se dice que allí surgió una amistad que se prolongó con un intercambio de cartas durante años. Y, no por casualidad, Sanjurjo diseñaría luego un sumergible, pionero en el mundo, que hoy se conserva en el Museo del Mar.
Para reivindicar esta historia, para honrar al mayor divulgador de la ciudad y de su ría que haya existido nunca, surge la Sociedad Verniana de Vigo. Pronto iremos conociendo más sobre ella, pero basta un dato. Para ingresar, ya hay lista de espera. No extraña tras tantos años de despreciar sin sentido a la mejor marca cultural y turística que haya tenido jamás esta ciudad.
la bujía
Entre sus socios fundadores hay empresarios, artistas y profesores de universidad
eduardorolland@hotmail.com
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