Vigo condecora a Francisco Franco

VIGO

La corporación acordaba, el 14 de noviembre de 1945, conceder la medalla de platino de la ciudad al Jefe de Estado. Cinco años antes se instalaban las placas falangistas

11 nov 2009 . Actualizado a las 11:36 h.

Noviembre despierta siempre recuerdos franquistas, y no solo porque se celebre, durante este mes, el fallecimiento del dictador. Varios hechos relacionan la figura de Francisco Franco con el mes de difuntos y la ciudad de Vigo. El principal de ellos fue la concesión de la medalla de platino de la ciudad al «generalísimo». Ocurrió el 14 de noviembre de 1945.

Bajo la presidencia del alcalde Luis Suárez-Llanos Menacho, el pleno se reunió aquel día para conceder por unanimidad a «su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos, Excelentísimo señor don Francisco Franco Bahamonde, la Medalla de Platino de la Ciudad, en atención a su constante preocupación por solucionar los vitales problemas que tenía y tiene planteados Vigo». La corporación que aprobó la concesión de la medalla estaba conformada por los concejales Quirós Mateo, González Babé, Gil Portela, López Niño, Álvarez García, Bugallo Pita, Fernández Fernández, Albo Ortega, Costas Posada, Velo Temes, Pérez Campos, Freire Veiga, Mariño Lago, Cordal Rodríguez y Posada Tapias, actuando de secretario Blanco y Pérez del Camino.

La condecoración había sido incorporada a las distinciones honoríficas de la ciudad en 1936 por la gestora municipal, que sustituyó al gobierno democrático tras la sublevación militar de 1936. Felipe Sánchez, el comandante que lideró el golpe de Estado en Vigo, fue la primera persona que obtuvo tal distinción, en septiembre de 1936. El acuerdo plenario para concederle la medalla a Francisco Franco se gestó en agosto del año 1945, cuando el entonces Jefe del Estado visitó la ciudad de Vigo con motivo de la celebración de la Feria del Mar e inauguró la Gran Vía del Generalísimo.

Reforma de Balaídos

Por aquellos días, se presentaba la reforma del estadio de Balaídos, que desde unos días antes pertenecía al Real Club Celta. El club deportivo había comprado el campo a la sociedad Stadium de Balaídos, con el aval del Ayuntamiento de Vigo. El ingeniero José Eligio Prieto y el arquitecto Fernando Molíns presentaban un proyecto para modernizar la grada de río. Tenía un presupuesto de un millón de pesetas y pretendía tender una grada de 123 metros de longitud, protegida por una visera volada de quince metros. El proyecto, muy moderno, no llegó a realizarse, aunque ese mismo año, la empresa Rodolfo Lama realizó pequeñas reformas en el terreno de juego. Al año siguiente, cuando fue tomada la propiedad por el Concello de Vigo, se realizaron pequeñas reformas en algunos graderíos.

Precio de los periódicos

Por orden ministerial, todos los periódicos de España subían sus precios, de los 30 céntimos a los 40 céntimos. La subida espectacular se producía mientras la población estaba sometida al racionamiento de alimentos. Parte del aumento, según decía la orden ministerial, sería destinado a compensar el «incesante encarecimiento de las materias primas y el resto, a mejorar la redistribución de los vendedores de prensa y a diversos beneficios para los periodistas y trabajadores de periódicos». El precio mínimo fue aplicado a partir del 15 de noviembre.

Aquellos días, la corporación municipal felicitaba al ministro de Educación por haber aprobado el expediente de obras de instalación de la calefacción en el instituto Santa Irene. Las obras estaban presupuestadas en 110.000 pesetas. El instituto fue inaugurado al año siguiente, el 16 de septiembre. El edificio cumplía una de la mandas testamentarias de Policarpo Sanz, que había dejado parte de su capital para la construcción de un instituto de enseñanza secundaria. En homenaje a su menoría, el Concello santificó a su mujer Irene Ceballos, dándole el nombre de Santa Irene al edificio. El arquitecto Antonio Cominges Tapias diseñó el proyecto, mientras que las obras fueron ejecutadas por Pérez Conde.