«El amor es un contrato entre la mitocondria y la célula»

VIGO

Eduardo Punset habló de las claves para alcanzar la felicidad y el éxito en el congreso de la Asociación de Jóvenes Empresarios

16 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Eduardo Punset ha hecho muchas cosas a lo largo de su vida, pero ha sido en su madurez cuando ha logrado meterse a los homínidos contemporáneos en el bolsillo hablando de complejas experiencias y teorías científicas ajenas con rigor y humor, tratando de acercar a la gente de ahora el mundo del futuro.

El escritor y divulgador científico llegó a Vigo el día de los enamorados, fecha ideal para hacerle la competencia a San Valentín firmando ejemplares de su último libro, El viaje al amor , en el que deja al mártir hecho unos zorros rebatiendo las saetas aleatorias con fórmulas matemáticas. Y hay novedades al respecto, «contrastadas con premios Nobel y neurólogos -dijo-, y es que el amor es la primera manifestación del instinto de fusión con otro organismo para sobrevivir, antes que la conciencia o que el alma».

Supervivencia

El experto aseguró que lo que hizo la primera bacteria de hace tres mil millones de años «fue soltar unas sustancias químicas con las que estaba preguntando: ¿Hay alguien más?». Punset manifestó su satisfacción por la existencia de un día específico dedicado al amor, pero enseguida lo chafó: «Sabemos que es un instinto de supervivencia, un contrato a nivel celular entre la mitocondria y la célula. La primera dice: yo me ocupo de la energía y tú de la subdivisión. Así, cuando los jóvenes dicen ¡no creas que voy a lavar los platos!, seguramente se equivocan, porque es un tema de compartir trabajos y reparar las agresiones que sufrimos. La muerte no está programada. No hay un gen que lo diga. Es el resultado de la ruptura de un compromiso entre las agresiones celulares y la capacidad regeneradora que uno tiene. Cuando ese equilibrio se rompe en favor de las agresiones, uno se muere, y el amor puede ayudar a retrasar ese momento».

Pero además, Punset participó ayer en el Congreso Internacional de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Galicia con la ponencia Las claves del éxito . Su cometido era ayudar a identificar las dimensiones de la felicidad y para ello empezó contando por qué ha crecido la preocupación por el tema: «La primera es la esperanza de vida, que se ha triplicado. Los homínidos se han encontrado con 40 años de vida redundante en términos evolutivos. Normalmente, si no se los comía una leona, a los 30 años ya había procreado, había hecho la inversión característica de los humanos, luego se caían a un barranco y se morían. La felicidad quedaba para después de la muerte». Lo segundo, indicó, es la revolución tecnológica.

«Hay una cosa llamada tomografía por emisión de positrones, a mí me la han hecho, que mediante resonancias magnéticas puede por primera vez medir los procesos emocionales». El hecho de poder cuantificarlos ha hecho que los científicos entren en el campo de la gestión emocional.

El comunicador se animó: «Ahora sabemos qué te pasa cuando estás estresada. Ahora te decimos: tu hipocampo ha disminuido en volumen un 5% y es muy grave, porque es fundamental para la memoria y la vida. Tampoco sabíamos casi nada de la gestión emocional ni de las dimensiones de la felicidad. Creíamos que era el dinero, por ejemplo».

Respuestas

Y llega la hora de las respuestas, no sin antes advertir que lo que es verdad para unos no tiene por qué serlo para todos. Una cuestión de promedios que ejemplificó con un caso famoso, el de Albert Camus: «Tuvo una madre imbécil, tuvo una abuela tonta. Lo pasó muy mal de pequeño, no le dio tiempo a generar el sentimiento de autoestima ni la curiosidad necesaria para lidiar con los mayores, pero tuvo la suerte de que en la escuela encontró a dos maestros que suplieron con creces los déficits iniciales. Dicho esto, es verdad que ahora sabemos que la vida de un bebé hasta los 5 años determina en gran parte lo que va a ser de adulto».