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¿Y tú cómo eres en la Red?

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Mi vida mola, me gusto, cocinillas, voyeur, informador... ¿Y tú cómo eres en la Red?

07 sep 2014 . Actualizado a las 15:18 h.

Le ha pasado a todos los que usan redes sociales. Agregas a un amigo que conoces en persona y, al poco, descubres que no lo conocías de nada. Aquel tipo riquiño resulta que vive en enervamiento constante, atacando virulentamente a todo lo que se salga de su ideología. La chica simpática que en la oficina pasa desapercibida se dedica a promocionarse a sí misma mostrando fotos, al modo de una modelo de bañadores que deja ver sus encantos ocultos. Y, vaya, el colega que parecía un desastre resulta que hace unas virguerías culinarias con perejil y vinagre de Módena que dejan perplejo.

Se trata de las personalidades de Facebook y Twitter, un modo de construir una imagen pública de uno mismo para que le vean amigos y no tan amigos. Sí, porque además de aquellas personas que se agregan y a las que se les da la llave de la intimidad virtual de cada uno, hay otros que toman atajos. Por ejemplo, un novio dejado va a tener la tentación de seguir a su ex por Facebook. Consciente de ello, esta lo bloquea. Pero no a sus amigos, hermanos y familiares. ¿Solución? El novio abandonado accede a través de la cuenta de un amigo común. ¡Y, ya está! Cuidado, que las imágenes pueden provocar una posrelación infernal.

Volviendo a los perfiles, hay uno que predomina por encima de todo. Se trata de proyectar en las redes sociales la mejor versión de su vida. Si está de vacaciones, cuelga cinco fotos diarias de los sitos que ha visto con un generosa sonrisa. Si practica cualquier actividad exótica, la muestra con comentarios del tipo «Adrenalina a tope!!!». Si se reúne con más gente, lanza la imagen de grupo con una exaltación a la amistad adjunta. En esas cuentas de Facebook no existen los días grises, el paro o los bajones. El buen rollo lo inunda todo porque su usuario es un individuo con un imán para la felicidad. Quizá no sea así, pero ¿hace daño a alguien? Dejémoslo entonces.

En un lugar contrario, tenemos al cabreado profesional. Para él, el mundo, en general, es un desastre, los políticos unos corruptos, los funcionarios unos incompetentes y España un país desastroso. Los servicios de atención al cliente suelen ser su enemigo número uno. Todo provoca la misma ira: las declaraciones de Esperanza Aguirre, su experiencia en un ambulatorio, la subida de la gasolina o la pérdida de cobertura del móvil. Lo tiene que saber todo el mundo. Sus parrafadas suelen terminar con la expresión «¡¡¡He dicho!!!» Ya va siendo hora que alguien dé un azucarillo a su carácter avinagrado.

Entremedias, se encuentra una figura muy usual en los últimos tiempos: el activista de Internet. Se centra en un tema y usa las redes sociales para hacer proselitismo o concienciación. Últimamente abundan los veganos que muestran fotografías de sus platos. También ciclistas que fotografían los excesos de los coches. Y, luego, los de la onda 15-M. Acuden a las concentraciones con el móvil siempre preparado para registrar cualquier exceso policial. Como haya uno, todos se van a enterar.

Lo cierto es que Twitter, Facebook o Instagram se han convertido en un gigantesco patio de vecinos. Y cada cual elige su versión: la mamá que solo habla de su hijo, el que reparte consejos de bienestar interior, el que siente que debe informar de todo a sus contactos y el que simplemente cotillea a los demás. Como la vida misma, solo que en esta versión artificiosa por su propia naturaleza. Y, por tanto, con tendencia a la falsedad.

Mi vida mola

Comilonas, rutas en barco, playas de ensueño, fotos con decenas de amigos... todo para demostrar que uno es un tipo carismático

Me gusto

Siempre dando el mejor perfil, maquillada y con el escote en sus sitio. Antes muerta que con una foto chunga en la Red

Cocinillas

Incapaz de darle un bocado a algo sin subir una foto a Instagram. Si le pones «¡Mmm... qué hambre!» será un tipo de lo más feliz

Activista

Desde el éxito de Podemos, la idea de cambiar el mundo a golpe de tuit va a más. Ya se sabe, derrotar a la casta por Internet

Informador

Cuelga 30 ò 40 noticias de diferentes medios. Vive obsesionado por informar a los demás de cómo ve el mundo

Madre

Paso a paso vemos cómo crece su hijo, cómo anda, cómo come, cómo aprende a hablar y... cómo a ella se le cae la baba

Psicólogo

La autoayuda se impone. Como si de un gran diván se tratase, Facebook se llena de consejeros que buscan la armonía

Rebotao

Lo que no se atreve a decirle al jefe, al vecino o al cuñado, va y lo suelta en Internet ante todos sus contactos. Puro desahogo

Culto

Mete citas de libros, linklea documentales de La2, habla de arte y, por supuesto, se lamenta de la incultura general

Voyeur

Aben una cuenta solo para poder ver lo que hacen los demás pasando desapercibidos. Se especuló con que la reina Letizia tenía una