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Google presenta su prototipo de coche sin conductor

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La compañía devela un vehículo autónomo que no tendrá volante

29 may 2014 . Actualizado a las 04:57 h.

Google ha dado finalmente el paso para entrar en un sector totalmente nuevo para la compañía, con la presentación de Google Car, un prototipo de coche autónomo: un pequeño coche de dos plazas eléctrico, sin volante ni pedales. En una primera fase se construirán unos 100 vehículos de prueba, según ha anunciado la empresa en su blog. Al principio tendrán los elementos tradicionales como el volante, pero más adelante se fabricarán en California sin ninguno de ellos, ya que el coche se conduce solo.

El trabajo en un modelo listo para lanzar al mercado tardará aún algunos años y se realizará junto con socios externos, señaló el director de proyecto, Chris Urmson. El prototipo de Google Car recuerda mucho a una mezcla entre un Smart y un coche de juguete y fue montado en base a piezas de la producción automovilística actual. Google lleva años trabajando en la tecnología de los coches autónomos, pero sus sistemas habían sido instalados hasta ahora siempre en vehículos de fabricantes establecidos en el mercado, como Toyota o VW. «Fue muy estimulante empezar desde una hoja en blanco y preguntarse: ¿Qué debería ser diferente para este tipo de vehículos?», señaló el director del proyecto Google Car, Chris Urmson.

Los primeros rumores acerca de que Google iba a construir un coche propio surgieron el año pasado y al principio fueron tomados con escepticismo, pues se trata de un sector muy complejo en el que la compañía no tiene experiencia. Sin embargo, al parecer Google reclutó a una serie de socios para llevar adelante la idea. En un video que acompaña la entrada de blog se ve el trabajo en partes de la carrocería con muchos dibujos. El reportero del New York Times John Markoff, que se subió la semana pasada a un prototipo de Google, señala que el vehículo deja mucho espacio para las piernas. El parabrisas es de plástico y una gran pantalla en la cabina muestra la hora, la temperatura del aire y la hora prevista de llegada. Para arrancar se aprieta un botón. El Google Car no tendrá «volante, pedal de acelerador ni pedal de freno, porque no los necesita. Nuestros software y nuestros sensores hacen todo el trabajo», aseguró la compañía, que prevé hacer no obstante pruebas en los próximos meses con conductores provistos de un control manual.

Los primeros prototipos no eran muy cómodos, reconoció Urmson. La velocidad máxima está limitada a 40 kilómetros por hora. Con el coche autónomo, Google aspira a ser pionero en el mundo del transporte del futuro. El cofundador de la empresa Sergey Brin señaló al New York Times que no cree que la gente vaya a querer comprar estos vehículos para su uso diario, sino que los ve más bien «en su mayoría como un servicio que esté a disposición» del público.

El año 2020 en el horizonte

Y Google tiene la tecnología para llevarlo a cabo. «Es muy probable que tengamos muchos socios: podrían ser fabricantes de coches, proveedores, empresas de servicios, ciudades o países», aseguró Brin. «Google Car demuestra que los vehículos autónomos tienen un significado para toda la sociedad, porque dan una nueva respuesta a la movilidad individual», señaló Ralf Lenninger, gerente de Continental responsable del equipamiento interior. «El transporte automatizado aún está en pañales, pero nosotros consideramos que muy pronto llegará a la producción en serie». En cualquier caso se trata de una apuesta muy interesante, añadió.

La empresa estadounidense invirtió el año pasado 260 millones de dólares en el servicio de limusinas Uber, lo que desató de inmediato los rumores sobre planes de crear taxis-robot. Las empresas automovilísticas más grandes llevan años trabajando en coches sin conductor, aunque siempre con la premisa de que una persona pueda asumir el mando en caso necesario. Por ahora se estima que en torno al 2020 será común ver coches autónomos en las calles, pero hasta entonces aún hay que resolver muchos temas, como quién es responsable en caso de accidente.