«¿Qué sucedería si mañana Facebook decidiese cerrar?»

La Voz

FIRMAS

24 mar 2014 . Actualizado a las 14:26 h.

Gonzalo Garre es especialista en márketing digital y profesor de la Escuela de Negocios de Novacaixagalicia.

-¿Qué supone actualmente no estar en ninguna red social?

-Intentan convencernos de que no estar en redes es una especie de «pecado» , de que estas herramientas son el futuro y lo único que debemos utilizar. Lo interesante es relativizar y pensar que son un canal, donde millones de usuarios mueven mucha información, y no el fin en sí mismo.

-¿Cómo influyen estas herramientas para encontrar un trabajo?

-Las últimas estadísticas publicadas por Infoempleo y Adecco destacan que el entorno digital y las redes han modificado también el modo en que las empresas reclutan, buscan talento y contratan a sus trabajadores. El 82 % de las compañías las utilizan para completar información sobre el candidato y un 64% reconoce que un aspirante activo en redes sociales tiene más oportunidades laborales.

-¿Cómo pueden las redes sociales arruinar el prestigio al usuario?

-La idea de que las redes sociales son malas es errónea, lo que puede llegar a perjudicar a un usuario es hacer un mal uso de ellas. Debemos configurar adecuadamente las opciones de privacidad, ser coherentes con lo que publicamos y conscientes de que todo lo que se hace en las redes deja huella digital.

-¿No resulta demasiado elevado el nivel de dependencia de los usuarios?

-Hay casos muy llamativos. ¿Qué pasaría si mañana cerrase Facebook? Quizás podríamos recuperar la extraña habilidad social que teníamos hace años de recordar los cumpleaños de nuestros amigos, llamarlos para quedar y tomar un café, ponernos al día de lo que está pasando en sus vidas o ser capaz de disfrutar de comidas y cenas sin el móvil encima de la mesa, un lujo que a día de hoy empieza a perderse.

-¿Distorsionan la realidad?

-Nos hacen vivir una realidad más agradable. La gente no comparte lo malo que le pasa, escribe sobre los momentos especiales y las cosas que le llaman la atención y le interesan. En el ADN de Internet está el elemento «imaginación». El subconsciente humano normalmente disfruta de la sensación de compartir, darle a «me gusta», tuitear y retuitear cosas «extraordinarias».