«Aún tengo la piel de gallina de lo que sentí al pisar el viernes Riazor»

HEMEROTECA

V TELEVISIÓN

Con el paso de las horas, Turu Flores aún se emociona al recordar los dos días que pasó en A Coruña

19 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Quince años después de abandonar el Deportivo y trece de visitar por última vez el estadio con motivo del centenario del club, Óscar José Turu Flores (Buenos Aires, mayo de 1971) regresó al templo blanquiazul. Fue una vuelta tan emotiva, que la guardará para siempre en la memoria junto a sus grandes actuaciones, cerquita de los goles al Celta, a un paso del que silenció el Parque de los Príncipes, a escasos metros de la conquista de la Liga. Días después de haber disputado el partido benéfico contra el Celta, el sudamericano se emociona recordando los momentos vividos en A Coruña. «Fue mucho mejor de lo que nunca hubiera imaginado». 

-Viernes, nueve de la noche, salta al campo. ¿Qué recuerdo le viene a la cabeza?

-Estaba tan emocionado que me quedé bloqueado. Apenas pisé el césped y se me puso la piel de gallina. Ver el campo con diez mil personas para un partido de veteranos. Escuchar a la gente coreando mi nombre. Encontrarme, de nuevo, con la ropa del Dépor en Riazor. Lo comentaba después del partido con Paco Melo, que habían pasado quince años, pero era todo tan cercano que parecía que había sido ayer. Aún tengo la piel de gallina de lo que sentí al pisar el viernes Riazor.

-Imagino que sería algo comentado en el vestuario.

-Por supuesto. De hecho, Djalma dijo que procuráramos grabar con los móviles, porque es cierto que cuando estás ahí no te das cuenta de la dimensión de lo que estás viviendo y luego con el paso del tiempo lo haces.

-¿Siente que se encuentra en un lugar de privilegio en el cariño de la hinchada blanquiazul?

-No tengo la menor duda. También hablaba de eso con Djalma y con Leo [Scaloni]. Somos unos afortunados porque hay un grupo de ocho o nueve jugadores, entre los que nosotros nos encontramos que, por lo que sea, la gente nos tiene muy arriba. Y eso es algo que no hay dinero que lo pague. El cariño que nos regala esta gente hay que sentirlo para poder imaginarlo. Es que no es solo lo que se vive en el campo, es desde el momento en el que pisas A Coruña.

-Cuente, cuente.

-Es muy sencillo. Desde que llegamos a A Coruña, son muchas las personas que se acercan para hacerse fotos y saludan, como si aún hubiéramos estado ayer aquí. Una hora antes del partido la gente esperándonos y luego... Más de lo mismo.

-¿Si después de esto le pregunto si Vélez o Dépor, es peor que si le digo mamá o papá?

-Algo así (se ríe). Sabe qué pasa, que en Vélez tuve la oportunidad de cumplir el sueño de entrenarlo. En el Dépor todavía lo tengo pendiente. Pero no sé, creo que tengo tantas tantas ganas de que llegue ese día que quizá eso juega en mi contra. Pero es que uno no puede ir en contra de lo que le dicta el corazón y a mi me dice que quiere entrenar al Dépor.

CESAR QUIAN

«Si a mí como entrenador me hacen alguna de las que hicimos como futbolistas...»

Después de toda una vida como futbolista, Turu Flores lleva siete años como entrenador, de los cuales, tres como primer técnico. Vélez y Defensa y Justicia son los dos clubes en los que ha trabajado hasta el momento como primer técnico. Analiza el momento y su labor y se pone entonces en la piel de los que fueron sus entrenadores. Y, como tantos otros exfutbolistas, ahora en el banquillo, entiende algunas decisiones que los que eran sus preparadores tuvieron. «Si a mí como entrenador me hacen alguna de las que hicimos como futbolistas...», se ríe.

-Seguro que durante la cena tras el partido del viernes se contaron algunas de esas anécdotas.

-(Carcajada). Sí, sí. ¿Sabe qué pasa? Que ahora se ve todo diferente. Pero es que también el fútbol, a veces, es impredecible. Quieres controlar todo y en ocasiones se puede sobrevivir en el descontrol.

-Un ejemplo.

-Le contaré algo que recordamos el otro día, pero me gustaría que quedara claro todo el respeto que le teníamos a Irureta y que seguimos teniendo. No me gustaría que esto se tomara como una falta hacia él. Tuvimos un partido de Liga de Campeones en París y dos compañeros y yo pensamos que no íbamos a jugar. Así que madrugamos y salimos temprano para conocer París y hacer algunas compras. Qué manera de patear la ciudad. Obviamente, porque pensábamos que no íbamos a jugar. Tanto es así que se nos fue la hora y llegamos tarde a la charla matinal que el míster tenía preparada. Hasta había sesión de vídeo. ¡Qué cabreo tenía! Y he de decir que tenía razón. El caso es que por la tarde da la alineación y soy titular. Quería que me tragara la tierra. Con la caminata que nos habíamos pegado (se ríe). Y mire por dónde jugamos un partidazo, yo marqué un gol y ganamos por 1-3.