Róber Suárez Pier: «Quiero jugar... aquí»

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Aunque le halaga el interés del Levante, siente la confianza del Deportivo y de Mel y aspira a seguir

20 jul 2017 . Actualizado a las 12:50 h.

«No, en mi cabeza no entraba esto hace un año». Cuando se fue al Levante, Róber (Oleiros, 1995) albergaba dudas. Incluso, acerca de su encaje en el fútbol profesional. Las sacó jugadas en un año de mili y ha retornado ambicioso. Se sabe codiciado fuera, pero confía en haberse pulido lo suficiente para triunfar aquí.

-Se fue sin experiencia ni sitio en el Dépor. ¿En qué siente el cambio a su regreso?

-Me siento uno más. Para competir el puesto, para trabajar por eso porque todos queremos jugar. Ni me siento parte del banquillo ni parte del once, empiezo como el resto de compañeros.

-Pero ya solo su peso en la caseta no tiene nada que ver.

-Bueno, ahí, sí. Hace dos años estaba para completar plantilla, ayudar, pero no era uno más. Ahora el resto sí me valora como uno más. Creo que me he ganado ser futbolista profesional y competir por un puesto.

-Iba con esa meta, la de ser futbolista profesional. Ha vuelto con el deseo cumplido ¿Y ahora?

-Ahora crece la responsabilidad, porque nunca dejas de querer más. Llegas a esto, a lo que querías, eres profesional. Y solo te dices, «ahora lo que quiero es jugar». No te paras a pensar donde estás; supongo que eso llega cuando te retiras. Ahora el objetivo es jugar lo máximo posible. El año pasado me fui sabiendo que lo iba a tener difícil. Ni siquiera sabía cuál podía ser mi nivel. Luego empecé a jugar y vi que daba ese nivel. Este año es un poco lo mismo: trabajar a tope, intentar jugar, y si lo consigo mi confianza volverá a crecer.

-Entonces había participado como suplente en dos partidos en Primera. Ayer, un rival de la máxima categoría lanzó un ultimátum al Dépor para hacerse con usted. No le ha ido mal.

-Me siento muy halagado. Mucho. Por el interés que ha mostrado el Levante y por todo lo que viví allí. Pero ahora tengo que pensar en esto, en que estoy aquí y en que quiero jugar... [Deja en el aire el final de la frase, hasta que sonríe] Aquí.

-¿Convencido?

-Sí. Quiero jugar aquí.

-¿Se ve respaldado por el club?

-El club está muy pendiente de mi situación, también en contacto con el Levante. Ahora mismo lo que se me transmite es que trabaje muy duro para quedarme. Y es lo que hago. Hay que esperar un poquito más y ya decidirán.

-¿Y por el míster?

-Sí. Desde el primer momento me dijo que compitiera, que trabajara y que luego ya se verá qué pasa, pero que él me veía para competir.

-¿Y usted? ¿Cree que tiene sitio?

-Si no lo creyera no estaría aquí.

-Ser futbolista profesional implica delegar muchas decisiones importantes. Ahora mismo, su futuro lo negocian dos clubes y sus agentes ¿Cómo se encaja eso?

-Es algo que me esperaba. En el fútbol hay un montón de factores que inciden. Cada club mira por su interés y el jugador es casi lo de menos. Eso puede frustrar un poco a veces, pero yo lo llevo bien. Soy muy tranquilo.

-A un puesto de central aspiran tres jugadores de perfil bastante distinto al suyo. ¿Cuál es su baza?

-Intento estar lo más rápido posible. Fino físicamente. En el último año he ganado en velocidad y en corpulencia. La parte técnica siempre me ha llamado la atención. Siempre me ha gustado ser un jugador técnico. Bueno [ríe], eso entre comillas. Sacar el balón desde atrás me gusta.

-Cumplido su primer deseo ¿entre quién reparte créditos?

-Me han pasado muchísimas cosas; por suerte, buenas. Esto es muy bonito y a mi familia y a mis amigos les debo mucho. Profesionalmente, a varios entrenadores: Secho, Devesa, Manu Mosquera... En realidad, todos. Todos me han hecho aprender. Luego Víctor, que apostó por mí, claro.

-Y Muñiz en el Levante, ¿no?

-Sí. Allí empecé bien y él me dio confianza, pero la clave fue después de la lesión, porque demostró cercanía, me dijo que siguiera trabajando y que contaría conmigo. A veces eso se queda solo en palabras, pero no fue así.

Creo que yo también puse mi parte. Trabajé fuerte, duro, y creo qué él valoró eso, que lo diera todo en cada entrenamiento. Conseguí que le costase dejarme fuera. Es importante no bajar los brazos porque si no, pierdes la chispa. Si estás enchufado y ayudando, cuando te toca jugar das el nivel y eso marca una temporada y puede que tu carrera.

«Para que un jugador salga tiene que sacrificarse y aquí ha faltado un poco de eso»

Róber considera que el sello de Mel «es ser valientes. No permitir que el rival tenga protagonismo». Con el técnico y su segundo, Roberto Ríos, ha mantenido alguna larga charla. «Es un entrenador cercano. Se puede hablar con él, siempre dentro de una lógica. Agradezco eso, es importante para el jugador», sostiene.

-El míster es distinto, pero el plantel ha cambiado poco respecto al que había cuando se fue. Ha llamado la atención el nivel de Valverde. ¿Qué le parece?

-Es muy bueno. Muy buen jugador. Nos ha sorprendido mucho a todos, de verdad. Potente, rápido, con buen manejo de balón. Luego habrá que verlo y tendrá que trabajar como todos, pero tiene muy buena pinta.

-Róber también llamó la atención muy pronto. Hace cinco años, Fernando Vázquez ya se refería a usted como el central del futuro aquí. Pero hasta llegar vivió varios momentos complicados ¿Cuál fue el más duro?

-El tercer año de juveniles. Venía de jugar con el Fabril la temporada anterior y en esa acabé jugando solo cinco o seis partidos con el juvenil. Ahí me di cuenta de que esto era difícil. Fue muy importante Manu Mosquera, que me dio confianza otra vez.

-Representará a los de casa en un Dépor diezmado en ese aspecto. Insua reclamó al salir que se prestara atención a la cantera ¿Cree que recibe la suficiente?

-En el Deportivo se ha trabajado bien la cantera; han salido jugadores y han sido útiles. No hay nada más bonito que un jugador de aquí jugando en el Deportivo, creo que la afición debe entenderlo así y apoyar al máximo. Es importante también que el entrenador dé confianza. A mí me gustaría ver a muchos canteranos triunfando en el Dépor.

-¿Qué cree que falta para que eso suceda?

-Hay que mentalizar a la cantera de la importancia del trabajo. Trabajar, trabajar y seguir trabajando. Para que un jugador salga tiene que ser sacrificado, y creo que falta un poco de eso. También, lógicamente, tienen que sentir confianza.

-¿Cree que a la afición le falta tener la misma paciencia con los canteranos que con los de fuera?

-Eso vuelve a depender de la actitud del jugador. Si se deja la piel, la afición responde. Lo mismo que cuando observa una falta de actitud. Da todo lo que tienes y que se note, luego podrán fallar cosas, pero la afición es inteligente y sabrá valorarlo.