El estadio municipal de A Coruña pasará a llamarse Abanca Riazor

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Escotet y Tino Fernández anuncian juntos un acuerdo para mejorar la situación del club coruñés, que recibirá un préstamo de 45 millones de euros para «afrontar nuevos retos»

30 jun 2017 . Actualizado a las 01:35 h.

Finalmente Riazor no tendrá apellido, sino nombre. Ahora se conocerá como Abanca Riazor. La marca de la entidad financiera se situará antes que la denominación del histórico estadio coruñés y formarán un todo. Combinado con el acuerdo financiero presentado ayer, el presidente del Deportivo, Tino Fernández, y el de Abanca, Juan Carlos Escotet, se felicitaron por «una excelente noticia para todos: para el Deportivo, para Abanca, para la ciudad y para todos los deportivistas», en palabras del primero.

Solo queda un último trámite por parte del Ayuntamiento para que Abanca Riazor se convierta en realidad: la aprobación de este cambio por parte de la junta de gobierno local, un trámite que no tardará en producirse, después de la autorización pública que el alcalde coruñés dio el pasado miércoles a la incorporación de un nombre comercial al estadio, de titularidad municipal. Una vez se firme nacerá Abanca Riazor, cuya nueva denominación comercial se comunicará a todas las instituciones, entre ellas la Liga y a la Federación, por supuesto, «y hasta a los videojuegos», bromeó Tino Fernández.

El período de vigencia de este acuerdo de patrocinio será en principio por ocho años, cuando finalizará el convenio firmado en el 2000 entre el Deportivo y el Ayuntamiento. Según diferenció Escotet, «el nombre es únicamente hasta el 2025, o un poco más, pero no está vinculado al plazo de los quince años [se refiere al del crédito de 45 millones concedido ayer al Deportivo]. Una cosa es la facilidad crediticia y otra en base a los acuerdo comerciales que hemos tenido históricamente», subrayó.

El estadio Abanca Riazor tendrá poco que ver con el que se conoce ahora. En pleno proceso de renovación interna, el club se ha gastado 3,5 millones de euros en los últimos tres años y medio, pero gastará otros 7 millones en los próximos cinco años. Ya se está trabajando en el retranqueo de los banquillos, que quedarán incrustados en la grada, la apertura de más asientos vip y una zona de hospitality y trabajo corporativo en Tribuna, así como una nueva salida del túnel de vestuarios. Además, se está ejecutando un plan de innovación tecnológica que potenciará la compra y venta de entradas, la identificación a través de aplicaciones móviles y la comunicación con socios y simpatizantes. 

Posteriormente llegará el turno de la reparación de las cubiertas, cuya obra no comenzará antes del final de la próxima temporada, y, a continuación, la anunciada remodelación de las fachadas del estadio. «Todos esos proyectos son posibles gracias a este acuerdo [el presentado ayer en la sede de Abanca] y al compromiso mutuo [entre el Deportivo y el Ayuntamiento] a que ese estadio al que Abanca pone su nombre esté en las mejores condiciones», insistió Tino Fernández, quien también se refirió a avances en la iluminación y la recuperación del proyecto del museo. «Queremos una infraestructura de más categoría al servicio de los coruñeses y los deportivistas», agregó.

Varios grandes europeos tienen acuerdos de esponsorización de sus campos

El naming ha llegado para quedarse. Muchos clubes europeos y los grandes del fútbol español multiplicarán sus ingresos por esta vía durante las próximas temporadas. En la Bundesliga el Wolfsburgo juega en el Volkswagen Arena y el Bayern de Múnich en el espectacular Allianz, mientras en Inglaterra el Arsenal se embolsará en un período de quince años 145 millones de euros, porque su estadio cuenta con el patrocinio de la aerolínea Emirates. 

En España el Atlético de Madrid estrenará esta vía de ingresos la próxima temporada. Su mudanza desde el vetusto Vicente Calderón no será al antes llamado estadio de La Peineta, sino al Wanda Metropolitano, un patrocinio por el que la firma china le reportará cien millones durante la próxima década. Para alcanzar un acuerdo como este es necesario disponer del estadio en propiedad por parte del club, o acordar con el propietario el contrato publicitario cuando, como en el caso de Riazor, el campo es municipal.

El Madrid y el Barcelona consiguieron gracias a sus inmuebles 129 y 121 millones de euros, respectivamente en el 2016, solo respecto a las entradas y a las ventas de productos los días de partido. A estas cantidades habría que añadir los ingresos de restaurantes, museos y tiendas oficiales. Las ampliaciones previstas en el Bernabéu y el Camp Nou prevén incrementar las zonas de ocio para multiplicar, más si cabe, los beneficios. El Deportivo acaba de anunciar que, al cierre de esta temporada, la DeporTienda de Riazor ha superado, por primera vez en su historia, el millón de euros de facturación.