En España encontramos el Wanda metropolitano, el Estadio de la Cerámica o el Iberostar estadio. Si miramos a Europa tenemos el Signal Iduna Park, el Allianz Arena, el Etihad Stadium o el Volkswagen Arena. Probablemente fue duro para muchos aficionados del Arsenal pasar del mítico Highbury a disputar sus partidos como local en un estadio con nombre de aerolínea árabe. Igual que puede resultar impactante para muchos deportivistas que el Estadio de Riazor vaya a pasar a tener un apellido comercial.
Las quinielas están sobre la mesa, muchas han hecho ya sus apuestas. Hay quien lo mira con recelo, hay quien lo ve como una nueva vía de financiación en un momento de extremada dificultad económica y hay quien lo ve como una traición a la identidad del club. La evidencia definitiva de que el fútbol ha perdido su esencia.
La pregunta está servida, ¿debe el Deportivo seguir la estela que marcan los grandes clubes de Europa o permanecer fiel al nombre que su estadio ha mantenido intacto desde 1944?