El coste de las cubiertas de Riazor se eleva hasta los 8,2 millones

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

El anteproyecto recoge que las obras comenzarán en mayo del 2018

03 jun 2017 . Actualizado a las 17:14 h.

Las obras de reforma de las deterioradas cubiertas de Riazor se sacarán a licitación la semana próxima junto con el proyecto de ejecución de las mismas, por un valor de 8.230.000 euros, 1,2 millones más que la última cifra dada por el gobierno local, y más del triple de los 2,5 millones que el anterior ejecutivo había consignado para la reforma.

Según los concejales José Manuel Sande (Deportes) y Xiao Varela (Rexeneración Urbana) el objetivo es poder adjudicar las obras en diciembre de este año y tener las máquinas trabajando en mayo del 2018, con el remate de la Liga. El estadio municipal estaría cerrado durante tres meses, el tiempo que sería necesario para la sustitución total de las cubiertas de Preferencia y Tribuna. Quedarían pendientes las reparaciones proyectadas en Maratón y Pabellón, que se realizarían ya con el estadio abierto y sin afectar al aforo, extendiéndose hasta mayo del 2019, cuando está previsto que se complete la obra. 

Media Preferencia inferior tapada

Las actuaciones, que se hacen para mejorar la seguridad tras años de escaso mantenimiento y después de que el pasado invierno un temporal se llevara parte de las placas y obligase a suspender un partido, cambiarán la estética de Riazor. Desaparecerán los tensores actuales y se aumentará la zona cubierta y a resguardo, al mismo tiempo que se gana en visibilidad, indicaron los ediles. En Preferencia inferior, la techumbre se prolonga 28 metros más. No se cubre toda esa grada porque habría que reforzar estructuras y cimentación y el precio subiría aún más, dijo Varela.

La nueva cubierta será más accesible para su mantenimiento con una galería por su perímetro.

El estadio cerrará tres meses y habrá que renovar el césped La Marea, abierta a añadir un nombre comercial al recinto

Las actuaciones previstas supondrán que durante tres meses Riazor no se podrá utilizar para disputar partidos, pues será necesaria la ubicación de grandes grúas en el terreno de juego. Ese parón coincide con el fin de la Liga. Si en el verano del 2018 fuese necesario realizar algún encuentro, habría que buscar otro campo. Queda también en el aire el trofeo Teresa Herrera.

Desde el Ayuntamiento cuentan con que el paso de maquinaria pesada hará necesario renovar el césped, cuya sustitución ya se ha incluido en el presupuesto.

Las actuaciones previstas contemplan el cierre de los fondos superiores. Hasta ahora quienes se sentaban cerca de allí estaban más expuestos al viento y la lluvia. Ahora dejarán de estarlo. Esos cierres, según el texto, protegerán las estructuras metálicas de los efectos del salitre.

Además, también se ubicará un canalón recorriendo todo el perímetro de la cubierta para la recogida de aguas pluviales. Actualmente caen sobre los espectadores en algunos puntos. Al final de las obras Riazor habrá ganado algo de espacio útil y tendrá una techumbre transitable, con una zona más accesible para poder cambiar focos y cableado.

El gobierno local se mostró ayer abierto a que el estadio municipal de Riazor tenga una denominación más amplia, con un nombre comercial. Una posibilidad apuntada por el presidente del Deportivo, Tino Fernández, favorable a la utilización de esa fuente de ingresos. «É algo que ten que consultar co Concello», indicó Sande. «Se se plantexa é porque xurde comercialmente alguén interesado no Deportivo e sería bo sinal».

Los trabajos finalizarán al menos dos años después que con el anterior plan

El anterior gobierno local comenzó a preparar en el año 2013 el contrato para reparar las cubiertas. Hizo el concurso y adjudicó las obras a Dragados en el 2015. La empresa firmó la conformidad con unas actuaciones que, si se hubiesen ejecutado, ya estarían rematadas tras una inversión de 2,5 millones de euros.

La constructora no llegó a comenzar nunca esos trabajos. Sobre el terreno determinó que los costes serían superiores al precio contratado y pidió las rescisión del contrato de mutuo acuerdo, pese a la existencia de informes técnicos municipales que aseguraban que las obras previstas eran viables y que la compañía tenía que ejecutarlas según lo firmado.

Finalmente, el actual gobierno local decidió el año pasado rescindir el contrato de mutuo acuerdo -es decir, sin haber obligado a Dragados a asumir lo que había firmado y sin demandarle una indemnización por no hacerlo- y volver a sacar a concurso la reforma, una tarea urgente por el deterioro de la techumbre de Riazor, con muchos de sus elementos metálicos afectados por la corrosión y con las placas volando a la calle cuando soplaba viento fuerte, como sucedió el pasado mes de febrero durante un temporal que motivó la suspensión del Dépor-Betis.

En el mejor caso, la cubierta no estará reparada hasta dos años después del plazo anteriormente fijado -julio del 2017-. Mientras tanto, el Ayuntamiento seguirá realizando contratos anuales de vigilancia y control periódico de las estructuras y de mantenimiento reposición de las placas que se suelten o se rompan. Para esos fines las arcas municipales abonarán 60.000 euros anuales mientras no se lleven a cabo las obras previstas.