Excesiva dependencia de las rachas del punta

Jose M. Pose TRIBUNA

TORRE DE MARATHÓN

25 may 2017 . Actualizado a las 10:58 h.

Celso Borges, un centrocampista frecuente en el remate de acciones a balón parado, ha sumado más goles que cualquiera de los jugadores que actúan por detrás del delantero en el Dépor. Un lastre importante para un equipo acostumbrado a formar con un solo punta. Si la segunda línea no alcanza una importante aportación cuantitativa, todo pasa a depender de las rachas del ariete, lo que esta temporada acabó por condicionar demasiado el rendimiento del Deportivo.

Las cifras plasman en este caso lo que se ha visto sobre el césped: Carles Gil ha aparecido a cuentagotas, no ha habido noticias de especialistas con muy poca llegada como Marlos o Bruno Gama, y Fayçal ha sufrido un misterioso retroceso. A principio de temporada, el marroquí era el único de la línea que se mantenía de cursos pasados, y esa multitud de novedades había contribuido precisamente a generar expectativas. Sin embargo, ninguno de los que actuaron ahí las cumplió ni se ganó la continuidad necesaria.

La renovación fue precisamente algo que pudo jugar en contra por la necesidad de adaptación que se repitió de nuevo en invierno tras la salida de Babel, el único que demostró estar por encima de lo que de él se esperaba. Ni Ola John ni Kakuta fueron capaces de engancharse en un rol protagonista al equipo.

Tampoco fue de mucha ayuda para los extremos y los enganches el estilo de juego del equipo. Las salidas rápidas tras recuperar balón, con finalización del delantero, reducen inevitablemente el protagonismo de la segunda línea.