Róber Suárez Pier: «Ahora quiero jugar en Primera»

TORRE DE MARATHÓN

DAMIAN TORRES

El joven defensa acaba de ascender con el Levante, donde subraya que está haciendo un máster

03 may 2017 . Actualizado a las 23:39 h.

Róber Pier (Oleiros, 1995) ha sido protagonista sobre el césped en el ascenso del Levante, un club en el que recaló a préstamo el pasado verano y en el que tuvo que esforzarse para encontrar hueco. Sin haber tenido apenas rodaje en el fútbol de alto nivel, el rendimiento del joven futbolista coruñés ha dado un salto espectacular en el conjunto granota, donde ha jugado incluso como centrocampista y lateral, aparte de ocupar su puesto natural en el eje de la zaga. En una plantilla de la que forma parte el también coruñés Jason Remeseiro, Róber se ha ganado un puesto en la máxima categoría.

-Está protagonizando su primera temporada como titular y festeja un ascenso.

-No empiezo mal, no.

-¿Cómo recuerda el partido decisivo?

-Fue muy emocionante desde el principio. Desde la llegada al campo. Nervioso no estaba, porque no acostumbro a ponerme nervioso, pero fue emotivo. Y el gol fue una alegría inmensa. Pero de todo, me quedo con el final, que me tiré al suelo sin pensar en nada y de repente al abrir los ojos estaba rodeado por cientos de personas. Brutal.

-Supongo que no le quedó la camiseta de recuerdo.

-La camiseta no la logré conservar, pero por suerte fue lo único que perdí. A otros los desvistieron enteros.

-Y, luego, llegarían varias horas de fiesta al lado de sus compañeros.

-A mí se me hizo cortísima. Esos momentos con la gente, lo que te dicen, es increíble. El fútbol tiene un valor extra por esas cosas que no pasan en otra profesión.

-Un momento único, pero hasta aquí ha habido otros mucho más duros. Se podría decir que a veces lo pasó mal por el camino.

-Sí, sin duda. Pero esto compensa todo. Le da sentido a todos esos momentos malos.

-¿A quién le tocó la primera llamada?

-La primera llamada fue a mi madre. Aunque tuve que esperar a que acabara la fiesta, después de la celebración en la fuente, porque antes era imposible.

-¿Qué le dijo?

-Ella estaba muy feliz. Muchísimo. Me habló de eso: de cómo todo había valido la pena. Los meses más difíciles, el estar lejos de casa. Esto lo compensa todo. Había visto el vídeo de celebración colgado por el Levante y me dijo que se había llevado una alegría enorme viéndome gritar y saltar.

-Se sorprendería. Tiene un hijo bastante formal.

-Bueno, eso parece porque engaño.

-Entre el protagonismo y la experiencia del ascenso, va a volver muy cambiado.

-Aquí me dicen que estoy haciendo un máster. Me está viniendo genial.

-¿Dónde va a jugar la próxima temporada?

-No hay ningún plan para el año que viene. Ahora no pienso en eso. Quiero jugar en Primera.

-Ahora que ya tiene un ascenso, se pone a la altura de esa generación anterior a la suya que dispuso de protagonismo en el último del Dépor.

-Si así fuera, sería todo un honor estar a la altura de esos jugadores. Y tener un ascenso a Primera para mí, quién me lo iba a decir hace solo un año. Ha sido todo muy bonito.

-Recibiría muchas felicitaciones. ¿Cuántas de excompañeros?

-Felicitaciones he tenido sobre todo de gente del Fabril. Y también otros como Lopo, Saúl o Insua. También Juanfran me escribe habitualmente.

-¿Con qué se queda de esta temporada tan feliz?

-Me quedo con el partido de Elche, que fue especial porque no había debutado en Liga y salió todo muy bien. Iba supermotivado. Después, la racha de enero, de titular y con la portería a cero también fue muy positiva. Y bueno, el ascenso, por supuesto.

«¿Que qué tal llevo jugar de mediocentro? Yo encantado de ir aprendiendo y crecer»

El Levante consumó su retorno a Primera con un nuevo triunfo frente al Oviedo en un estadio Ciudad de Valencia repleto de aficionados que vibraron con su equipo. Un recuerdo inolvidable para el canterano deportivista.

-¿Cómo fue la semana previa al ascenso?

-Pues fue una semana un poco distinta, porque, como teníamos el ascenso casi hecho, estábamos a vueltas con las celebraciones y Muñiz se centró en pedirnos que tuviésemos cabeza, que hiciésemos lo que nos había llevado hasta donde estábamos. Que tuviésemos paciencia.

-El Oviedo lo puso difícil.

-El rival era muy bueno, se jugaba la promoción y nos puso en problemas. Nos costó tener el balón y tuvimos que trabajar mucho en defensa. Pero bueno, no es nada que no nos hubiese ocurrido en otros partidos.

-Y jugó de mediocentro. Lleva ya varios partidos ahí, ¿qué tal lo lleva?

-Al no tener el ritmo propio de jugar ahí habitualmente, noto cierta falta de fondo físico. Pero me voy acostumbrando y por qué no acabar jugando ahí con más frecuencia. Es una posición en la que se participa más y hay que estar muy pendiente de muchos detalles, así que yo encantado de ir aprendiendo y crecer.

-¿Por qué ha acabado en ese puesto?

-La lesión de Jeff (Jefferson Lerma) nos dejaba un hueco en esa posición en los entrenamientos, y el entrenador me dijo que me iba a probar ahí, porque me veía condiciones para ese puesto. Estuve entrenando esa semana y luego ya me puso ahí contra el Cádiz, que es algo que yo no me esperaba.

-También jugó de lateral, pero aquello fue más por cuestión de bajas, ¿no?

-Sí, lo de lateral fue sobre todo eso: por las circunstancias. Para el centro del campo, el míster tenía más opciones y me eligió a mí.

-¿Qué le exige Muñiz en esa posición?

-Por lo que me pide, pretende que el equipo cierre mejor, que se organice, y, principalmente, restar trabajo a los centrales. Soy yo el que va a las disputas en el juego aéreo. Con balón, me dice que no me complique.