Rubén pelea una plaza desde el exilio

TORRE DE MARATHÓN

Jason Cairnduff | REUTERS

El meta de Coristanco vuelve a exhibirse en la Liga Europa, esta vez, frente al United

22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El batacazo de los dos últimos intentos de asalto reclamaba un cambio en la estrategia. En lugar de enviar un batallón, esta vez el Dépor infiltró a un solo hombre en Manchester e intentó reconquistar Old Trafford personificado en un futbolista con guantes. Allí habían vivido los blanquiazules una de sus noches grandes hace tres lustros y pico, pero los de Ferguson habían devuelto el golpe esa misma temporada (eliminaron al conjunto blanquiazul en cuartos), redoblando el castigo un curso más tarde. Fue donde empezó a torcerse, en la 2002-2003, el grupo de la muerte. El conjunto de Irureta acabó tercero aquella fase, por detrás de la Juve y el United. La meta coruñesa en la última visita al teatro de los sueños la había defendido Juanmi (encajó dos goles de Van Nistelrooy). Casi quince años después, el arquero que ayer anduvo cerca de echar a los diablos rojos de una competición continental fue un chaval de Coristanco prestado por el Deportivo al Anderlecht.

Rubén Martínez aguantó en pie durante 106 minutos, dando a los belgas la opción de una machada y complicándole el presunto trámite al próximo rival europeo del Celta. Estuvo a solo unos centímetros de prolongar la agonía del United hasta la tanda de penaltis, pero no alcanzó por un pelo el disparo de Rashford. Antes ya le había negado el gol al prometedor ariete local (19 años) sin necesidad de echarle el guante a la bola. El punta, el canterano con más proyección de los últimos años, tuvo la ocasión de evitar la prórroga tras un grave error de Appiah, pero Rubén le negó los espacios y le obligó a entretenerse demasiado en la resolución del mano a mano.

El duelo no empezó bien para el Anderlecht, que se vio pronto en desventaja. Un resbalón de Kara permitió el cómodo disparo de Mkhitaryan, que se coló entre las piernas del propio zaguero convirtiendo el cuero en inalcanzable para el meta. A partir de ahí, el de Coristanco se volvió insalvable. Evitó que el Manchester ampliara la ventaja (dos paradones consecutivos a Lingard y Pogba) y sostuvo el empate después del gol de Hanni para los belgas. Se volvió enorme ante Ibrahimovic y el sueco estrelló en su pie un chut a cinco metros de portería poco antes de lesionarse.

El jugador blanquiazul a préstamo, que ya se había lucido en la ida, volvía a exhibirse en la vuelta. La diana de Rashford, tras eludir a Dendoncker y Kara, no enturbió la actuación del portero pero le dejó sin más opciones de lucimiento. El Anderlecht solo le daba a Rubén los partidos de Liga Europa. Nada nuevo para el gallego: en Riazor, la Copa del Rey era su única baza. Tras haber brillado ante el Zenit y el Apoel, ayer hizo magia en el teatro de los sueños. Falta saber si la exhibición en un campo de tanto significado para el Dépor le vale una plaza en casa cuando vuelva.