Luisinho se luce sin su talismán

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MÍGUEZ

Desprovisto de sus guantes negros y sin su mujer en la grada, el luso jugó su mejor partido del curso

17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado jueves por la mañana, Paula se llevó a Letizia y Lorena a Oviedo para que acompañaran a su hermano mayor, inscrito en un torneo con los infantiles del Deportivo. Por primera vez, la mujer y los hijos de Luisinho no estarían en la grada de Riazor cuando él saltase al campo. El sábado, Paula siguió desde un bar de la capital asturiana la mejor actuación de su marido en mucho tiempo; vio por la tele el único encuentro saldado con victoria local en los diez que el lateral izquierdo ha jugado como titular en casa esta campaña. El futbolista portugués desbarató dos claras ocasiones malacitanas y le sirvió a Joselu el tanto que abría el marcador. Metió ocho centros al área, robó tres balones y despejó otros tres. Fue el segundo futbolista que más intervino, solo por detrás de Juanfran, el otro lateral. Nunca había pesado tanto el costado izquierdo a las órdenes de Pepe Mel. Justo cuando el carrilero que lo ocupaba se había quedado sin talismán.

Ni Paula en la bancada, ni en las manos esos guantes que, junto a las canas prematuras y el temperamento inflamable, convierten al 16 en un jugador peculiar. Hace unos días, en Abegondo, bajo un sol inexplicable a principios de abril, el míster se arrimó al luso, sorprendido.

-¿Tienes frío?

-No.

-¿Y esos guantes?

-Ah, eso (sonrió el jugador). Eso es una manía, por así decir.

En realidad, es algo más. Una tradición familiar que originó Serafim Pinto el día que comparó a su hijo Luis con un mito del balompié portugués. Entonces el chaval jugaba en posiciones avanzadas y al progenitor le recordó a Joao Alves, Luvas pretas para la hinchada benfiquista.

Los inspiradores guantes negros de Alves eran de tercera generación. Antes los había llevado su abuelo; se los regaló una niña y le dieron suerte en un partido crucial del Carcavelinhos disputado tras la Primera Guerra Mundial. Esos guantes son historia. Su réplica la porta otro futbolista con pasado en las águilas, enrolado ahora en el Deportivo.

La tradición continuará. Luisinho Jr., lateral izquierdo como su padre, también se cubre con frecuencia las manos para jugar. No lo hizo este fin de semana, y el Infantil B del Dépor llegó a la final de la Oviedo Cup. Allí estaba Paula, mientras su marido se lucía en Riazor sin talismán.