Pedro Mosquera: Rotura, infiltración y gol

Alexandre Centeno Liste
Alexandre Centeno A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Marcos Míguez

El jugador coruñés obtuvo la recompensa al esfuerzo de tener que anestesiarse para jugar con la lesión que arrastra en el recto anterior de su cuádriceps derecho

16 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el descenso está en juego y llegan las jornadas finales, los entrenadores suelen apostar por el compromiso por encima de otras cualidades individuales. Valoran mucho a aquellos futbolistas que lo exhiben, porque saben que con ellos será más fácil lograr el objetivo. Jugadores que no están pensando en el contrato que van a tener la siguiente temporada en otro club. Futbolistas que arriesgan en cada jugada independientemente de la peligrosidad de la acción. Hombres que no dudan en luchar cada balón como si fuera el último. Deportistas que, incluso lesionados, están dispuestos a jugarse unas semanas más de baja para ayudar cuando son reclamados.

Y eso fue lo que hizo ayer Pedro Mosquera, que tuvo la merecida recompensa de un gol que dio tranquilidad al Dépor para lograr los tres puntos ante el Málaga y acariciar la permanencia.

El de la plaza Maestro Mateo todavía no está recuperado de la pequeña rotura que se produjo hace algunas semanas en el recto anterior de su cuádriceps derecho. Pero la importancia del encuentro era tal que no dudó en ponerse a las órdenes de Pepe Mel para ayudar. Y lo pudo hacer gracias a que fue infiltrado para soportar el esfuerzo. Una decisión, la de pincharse, a la que muchos jugadores son esquivos por las consecuencias que puede acarrear en forma de agravarse la lesión. 

Mucho en juego

Pero Mosquera no lo dudó. «Sabía que nos jugábamos mucho y que lo importante es lograr la permanencia cuanto antes», explicaba ayer a la conclusión del duelo. «Ahora, tengo la pierna hinchada y no sé si habrá crecido la rotura. Pero se consiguió el objetivo y lo doy por bien empleado», subrayaba.

No es la primera vez que el centrocampista coruñés salta al campo en estas condiciones. Contra el Celta, ya tenía la rotura detectada, pero también quiso estar a las órdenes del técnico. Desde aquel día no volvió a jugar. Hasta ayer, que saltó al campo en el minuto 63 y 4 después ya había batido a Kameni y llevado la alegría a la grada de Riazor. Fue la recompensa al silencioso compromiso de un futbolista que un buen invierno rechazó una millonaria oferta de Valencia para seguir siendo feliz en su ciudad y en su Dépor.