Bergantiños no se esconde

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

El de La Sagrada aprovechó su primera titularidad de la temporada para tumbar a un líder eufórico

13 mar 2017 . Actualizado a las 16:04 h.

Hay un periodista coruñés de trobas alborotadas habitando en los márgenes de la Ciudad Vieja. Desde allí parte a pie a radiografiar la urbe provisto de calcetines de nécoras y unas gafas. Hace un año, le dieron cien líneas y descifró La Sagrada. El tipo (Luis Pousa) no solo escribe; tiene el vicio de la lectura. Empezó su columna de aquel día recordando una entrevista a Lou Reed, que de vivo hacía poesía además de música y daba respuestas afiladas. «¿Nueva York? A mí lo que me da miedo son lugares como Suecia, con las calles vacías y donde todo funciona», dejó dicho. En La Sagrada, que al parecer no es ya lo que era, no todo funciona. Pero hay ciertas cosas que no fallan. Por ejemplo: tienen un chaval que le marca siempre al Barça. Es igual que los culés vengan con hambre, estén saciados de títulos, o asomen eufóricos tras una remontada histórica frente a un equipo de París. La Sagrada no será Nueva York, pero tampoco es París. Ni hay café a cinco euros la taza, ni se andan con tantos remilgos. Les das diez centímetros y le hacen un traje al líder.

Pasó ayer mismo por última vez. Jordi Alba se confió un instante y ya tenía a un rubio de La Sagrada encima, cabeceando a la red el gol de la victoria. Un clásico: el chico de la casa al rescate. Un señor de barrio que bien pudo haberse ido a Kansas en enero, pero eligió quedarse pese a todo. Pese a que para jugar tenía que sobrevenir una plaga bíblica de sanciones y lesiones. Eligió quedarse; no hablar, y al mismo tiempo, dar la cara.

Porque Bergantiños no se escondió nunca. Hace dos años, cuando el Dépor iba mucho peor de lo que va ahora, una horda invadió la ciudad deportiva de Abegondo. Fue un asalto esperpéntico, protagonizado por unos cuantos ultras que entendieron que a aquellos muchachos de blanquiazul había que darles una extraña lección de amor a unos colores. Se fueron, claro, a por Alex. Porque entonces había hablado. Para poner paz; para intentar hacer lo que mejor se le da: apagar fuegos. «Siempre escondiéndote», le grito uno, completamente equivocado. «No te salen equipos para jugar», le recriminó, aún más (h)errado. El 4, que ha sido el 4 del Deportivo durante unas cuantas temporadas, y solo se fue cuando le obligaron, aguantó firme el temporal y retomó el entrenamiento en cuanto se esfumaron los macarras. A los dos meses, salió a hombros del Camp Nou después de ser pieza clave en el once que evitó el descenso.

Inexplicablemente arrinconado

No marcó aquel día, pero sí un curso más tarde en el mismo escenario. Segundo empate consecutivo en casa del Barcelona de Luis Enrique. Segundo gol de Bergantiños en Primera. Los dos, al Barça. Luego, durante esa misma campaña, le marcó uno al Betis, y ya no había vuelto a ver puerta. Difícil hacer gol desde la grada. Complicado también entender qué convierte siempre al 4 en el primer sacrificado. Qué lleva a su descarte hasta que no queda otra, hasta que alguien tiene que barrerlo todo. Hasta que viene el líder en plan gallito, y tiene que salir a achantarle un rubio de La Sagrada.

Fernando Navarro se perderá el derbi por sanción

Fernando Navarro vio ayer una amarilla durante el encuentro frente al Barça y se perderá el derbi del próximo domingo al cumplir ciclo de amonestaciones. El resto de apercibidos salieron indemnes del choque. Guilherme era baja por lesión, Borges y Carles Gil aguantaron sin recibir tarjeta y Luisinho ni siquiera llegó a saltar al campo.