Pepe Mel, un entrenador de personas para el Deportivo

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Abraldes

Autor de tres novelas, la última en torno al balón, el buen trato con sus futbolistas es uno de sus avales

02 mar 2017 . Actualizado a las 15:46 h.

Hay en Pepe Mel un afán por trascender la figura del entrenador de fútbol. Después de 425 partidos y más de quince años como técnico de media docena de equipos entre Primera y Segunda, pocos secretos guarda para los aficionados la pizarra de un técnico que ha convertido en seña de identidad de su fútbol el sistema rematado en dos delanteros. La presión en ataque y el interés por el trato personal con sus futbolistas aderezan un estilo de juego de afán ofensivo, o realmente habría que decir más identificado con los equipos del sur de España que con los del norte. No en vano, en la andadura que le acaba de traer hasta A Coruña, de Madrid hacia arriba solo había preparado al Alavés (temporada 2003-04) hasta ahora.

Cocinero antes que fraile, Pepe Mel, que justo hoy cumple 54 años, jugó en el Castilla para dar el salto a Primera de la mano del Osasuna y del Betis. «Era un goleador. Tenía un tiro extraordinario y hacía muchos goles», recuerda el exdeportivista Aldana, con el que coincidió en aquel filial, donde también militaban otro ex del equipo coruñés como Canales y hasta el seleccionador Lopetegui. Pero en la carrera de este madrileño afincado en Sevilla, y cuya única hija se casó en el 2015 con el hijo del expresidente sevillista Del Nido, priman los colores verdiblancos. Como jugador del Betis compartió vestuario con una leyenda del Deportivo como José Luis, pero también con el que ahora ejerce de su mano derecha en los banquillos, Roberto Ríos, y con Ángel Cuéllar. «Es una persona que en el Betis goza de un gran reconocimiento por sus etapas y sus momentos allí. Sus equipos son de esos que cuando el rival se lo permite siempre tratan de jugar», recuerda el que también fue delantero del Barça y, hasta hace un suspiro, entrenador del Cerceda.

Como técnico, tenía 38 años cuando dio el salto a Primera de la mano de un Tenerife que la temporada anterior había confiado en Rafa Benítez. Mel, que contaba en aquella plantilla con los exdeportivistas Jaime y Manel, fue despedido al cabo de 26 partidos y sustituido por Clemente, quien no pudo evitar el descenso. Pero su carrera solo acababa de arrancar. Volvió a Segunda y una de sus primeras experiencias llegó en el Poli Ejido, donde coincidió con el actual entrenador del Racing de Ferrol, Miguel Ángel Tena. «Fue uno de los técnicos que más me marcó y me ha influido. Solo compartimos una temporada, pero lo recuerdo como un gran profesional, muy metódico y atento a todos los detalles. Trabajaba muchísimo y siempre nos insistía en el buen manejo del balón. Le gusta que sus equipos sean protagonistas desde la pelota», explica. 

Debut de Lucas

Justo después de aquella experiencia llegó uno de los hitos de la carrera de Mel: subió al Rayo a Segunda y le situó en la senda que acabaría por llevarle a Primera no mucho después. Allí hizo debutar a uno de los actuales ídolos de Riazor, Lucas Pérez, y a Arribas, con quien se reencuentra ahora. El delantero del Arsenal guarda un buen recuerdo del entrenador y reconoce que siempre le estará agradecido por la oportunidad que le dio.

En Vallecas Pepe Mel conoció a Rubén Castro, que había pasado por A Coruña de puntillas, y quien marcó un antes y un después en la carrera en los banquillos del nuevo entrenador deportivista. «Uno sacó lo mejor del otro», afirma un jugador que en aquel momento conoció a ambos. «Rubén le enseñó que en los futbolistas hay mucho más que simplemente eso y Mel le demostró que si cuidaba esa otra faceta, mejoraba la futbolística». Coincidieron en el Rayo y luego en el Betis, donde en dos etapas apenas separadas unos meses entre sí conformaron un tándem que desde el césped y el banquillo firmaron nada menos que dos ascensos y hasta llevaron al Betis a competiciones europeas.

Testigo de aquella etapa también fue otro jugón con el que coincidirá ahora, Juanfran, quien en el 2014 hablaba así de Mel cuando sonaba para el banquillo de una Real Sociedad que finalmente acabó eligiendo al escocés David Moyes. «Yo me la hubiera jugado con Pepe Mel. Moyes en Inglaterra ha hecho un gran trabajo, pero Mel en España también estaba en el cartel y me hubiera ilusionado verle volver a entrenar, porque es una gran persona y conmigo se portó muy bien», explicaba. El puente entre sus dos periplos en el banquillo bético correspondió a su primera experiencia en el extranjero. Mel dirigió 17 partidos del West Bromwich Albion en la Premier inglesa, en los que cosechó tres victorias y seis empates. 

Novelista y profesor

Quizá esté afán por el conocimiento integral de la persona, más allá del futbolista, sea el mismo que le ha impulsado a escribir tres novelas en los últimos años. El pasado verano presentó la última, titulada La prueba, enfocada a un público joven y que trata sobre el salto de un canterano al fútbol profesional. Anteriormente había escrito El mentiroso y El camino al más allá, obras de intriga histórica que compaginó con su tarea como técnico del Betis. E incluso se base en este mismo impulso humanista su condición de profesor de la escuela de entrenadores de la Federación. Allí dio clases de táctica a Donato. «No voy a descubrir nada si digo que lo sabe todo del fútbol. Para mí el Deportivo ha apostado a lo seguro, con una persona con experiencia amplia y formada en el fútbol español. Después de aquel año nos hemos vuelto a ver en ocasiones especiales, en encuentros de la Federación y siempre hemos compartido buenos recuerdos de las clases y para mí es un amigo», dijo. Ahora le tocará levantar al Deportivo.