El Deportivo actual ha sufrido transformaciones importantes desde el inicio de Liga. Para mí, hay dos fases muy claras. Una primera nos mostró un equipo excesivamente replegado, con escasa vocación ofensiva y que encajaba no muchos goles, pero casi no se acercaba a la portería rival. A partir del encuentro frente a la Real Sociedad, atacó más y mejor, lo que le ayudó también a defender mejor. ¿Por qué?
Hagamos primero una lectura colectiva. El Dépor defiende más arriba, porque, como ataca mejor y con más futbolistas, recupera el balón más lejos de su portería. Tiene más futbolistas ofensivos y de buen pie, domina más tiempo el balón, y el rival no le puede atacar tanto. Además, cuando pierde la posesión, lo hace más lejos de su propia área, por lo que la presión de Andone y el trabajo de recuperación de los futbolistas más avanzados ayudan desde ese momento de la pérdida a entorpecer los ataques rivales. Estas mejoras vienen dadas también por cambios individuales, como el de Tyton en portería, sobrio y eficaz, pero sobre todo la aparición de un capo en el mediocampo como Guilherme, tan eficaz en la recuperación como agresivo en los duelos individuales para ralentizar o cortar las transiciones defensa-ataque de los oponentes.
Si, como se afirma a menudo, en el fútbol no atacas mejor por tener muchos delanteros, el Deportivo demuestra que tampoco defiendes mejor por tener muchos defensas y jugar muy replegado. Atacar bien y tener el balón más tiempo ayuda a ser más eficaz a la hora de defender.