«El fútbol lo es todo en mi vida»

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El atacante repasa su particular carrera y afirma que lo que vive en el Dépor «es muy bonito»

29 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Marlos Moreno, estrella de la última Libertadores e internacional colombiano de nuevo cuño, quema en el Dépor su etapa previa a recalar en el Manchester City. El jovencísimo futbolista (Medellín, 1996) ya ha dado pistas de eso que le ha visto Guardiola.

-Su pretemporada empezó más tarde que la del resto, pero ya ha tenido bastantes minutos y parece haber conectado con la grada. ¿Todo va como esperaba?

-Gracias a Dios todo va bien. Ahí voy, tratando de aprender cositas y de adaptarme a lo que pide el profe. La vida se trata de eso, de asumir retos. Y este es el nuevo reto que me pone.

-Con usted llegó su mentor, Eladio Tamayo, pero ya está de vuelta en Colombia. ¿Cómo lleva su primera aventura tan lejos de casa con 20 años recién cumplidos?

-Bueno, él pasó un mes aquí conmigo para ayudarme en el proceso de adaptación. Me conoce muy bien, llevo con él desde muy chico. He aprendido todo tipo de cosas buenas de él, en el fútbol y en la vida. Estar solo no es fácil, pero yo estoy centrado y tranquilo, vengo a cumplir un sueño. Desde muy niño ya soñaba con ser jugador de élite. A Dios le pedí mucha fortaleza para cumplir ese sueño y nunca perdí la ilusión.

-Eladio lo adoptó siendo un niño para que pudiera centrarse en el fútbol. ¿Cómo fue tener que dejar tan pronto a su familia?

-Mi barrio era un barrio complicado. Había mucha necesidad. Yo pasaba el día en la calle y mi madre me pedía que pensara en el futuro, que no desperdiciara mi talento y persiguiera mi sueño. Ella me convenció para ir a casa de Eladio y allí aprendí a estudiar, a no estar siempre en la calle, a ser mejor persona. Allí encontré gente que me acogió con muchísimo cariño, que me influyó positivamente, eso me lo hizo todo más fácil. Yo estaba acostumbrado a hacer otras cosas en mi casa, no me gustaba estudiar, no me gustaba estar encerrado, ni hacer tareas, ni siquiera quería entrenar. Esa parte sí fue muy dura, pero fue cuando le pedí a Dios que me diera paz, que me ayudara a estar tranquilo y perseguir mi sueño, que me quitara las ganas de volverme a casa con mi madre a ayudar con la familia.

-¿Cómo vivió esa familia su proceso para convertirse en jugador de élite?

-Mi mamá me decía que yo la ayudaba más estando lejos del barrio, y que me ayudaba a mí mismo. Ahora es cuando gracias a Dios puedo ayudarlos a ellos de verdad. También a mis hermanos, que me transmiten lo orgullosos que están de mí, lo felices que están porque yo pueda sacar a mi mamá a pasear por ahí cuando juego con la selección, llevarla a Barranquilla, por ejemplo, porque ella nunca tuvo la oportunidad de conocer otras ciudades, de pasear.

-Le ha sacado partido a esa obsesión con el fútbol.

-El fútbol lo es todo en mi vida. Siempre está en mi cabeza, siempre estoy buscando objetivos con los que superarme a corto plazo. Eso me ha hecho tener una mentalidad positiva.

-Y un día le dicen que lo quiere el Manchester City de Guardiola.

-Yo no me lo creía. A cada partido que hacía bueno llegaba gente a decirme que me quería llevar a jugar a tal o cual sitio, empresarios de esos que nada más quieren dañarle la cabeza a uno. Yo les daba directamente el número de Eladio y seguía jugando, hasta que un día escuché que el Manchester City me quería. Entonces le pregunté si era cierto y él me dijo que sí, pero que siguiera centrado en jugar y que si se tenía que dar todo se daría.

-En Colombia se sigue más la liga española, pero supongo que para toda su gente sería también la culminación de un sueño.

-En mi familia no saben de fútbol. Mi mamá no sabe qué es el Manchester City, aunque yo intento irle explicando de la importancia por ahí por los laditos, así que lo único que quiere saber es que yo estoy feliz jugando al fútbol y transmitirme que está orgullosa de mí. Mis hermanos igual, se empezaron a interesar por el fútbol en cuanto vieron que yo jugaba y los llevaba a los estadios.

-Pero sin nadie en casa como referente, ¿por qué le dio tan fuerte por el fútbol?

-(Reflexiona un rato, y rompe a reír) Eso no lo entiende nadie. Yo le pregunté varias veces a mi mamá que si alguien en mi familia había jugado al fútbol o le había gustado, y ella siempre me dice que nadie, que no hay nadie. Digo yo que será un don de Dios, que estoy programado para formar parte de esta vida del fútbol.

-Pero de alguna forma comenzaría su carrera. Alguna prueba en algún equipo, un amigo aficionado...

-Nada de eso. En el barrio teníamos una escuelita que se llamaba Versalles 1 y yo jugaba... pues porque me gustaba y ya. Jugábamos en una cancha de arena y yo era el goleador del torneo, pero ni siquiera iba a entrenar. Iba solo a jugar los partidos. Mi mamá me daba la plata para pagar el arbitraje, unos mil o dos mil pesos que teníamos que poner cada uno de los del equipo, y yo no se los daba al entrenador. Le decía ‘’si me quiere meter en el equipo métame; si no, no me meta, me da igual’’. Y así estaba cuando llegó Eladio Tamayo a verme y no sé qué locura le dio que después me llevó a conocer su escuela, la escuela Leonel Álvarez. Y de ahí ya se fue dando todo. Hasta hoy.

 «El entrenador me pide que genere espacios y que encare en el mano a mano»

Marlos reconoce que la soledad es algo «bravo» a sus 20 años recién cumplidos. Al menos, ha encontrado en Riazor compensación a toda esa distancia que lo separa de los suyos.

-En el último partido en casa, la gente le reconoció su buen juego pese a la derrota. Cuando llegó no conocía mucho del Dépor, ahora ¿qué le parece?

-Lo que estoy viviendo aquí es muy bonito, porque desde niño el sueño es ser el mejor del mundo, jugar en la selección y ser el mejor del equipo. Por eso en cada partido intento acercarme a ese sueño. Pero ha sido gracias a los compañeros que aquí he podido empezar bien; me ayudan, me dan consejos...

-¿Y el míster? ¿Qué le dice?

-Me pide que genere espacios, que eso es algo que hago muy bien, que ayude con las marcas, y que cuando esté en el mano a mano encare y busque irme, que ese es mi fuerte.

-¿Por qué acabó aquí?

-Yo sé que soy muy joven y en mi cabeza solo estaba jugar. Sabía que si me iba directo al City mis posibilidades de jugar iban a ser muy pocas, así que cuando se me dio la oportunidad de venir aquí busqué información del equipo, pregunté y me pareció una oportunidad muy bonita.

-¿Por qué lo quiere Guardiola?

-Guardiola es uno de los mejores técnicos del mundo, y cuando alguien así te reclama significa que tienes un talento, algo que mostrar, y que estás haciendo las cosas bien. Cuando me llamaron me hizo tanta ilusión... Mis compañeros en Colombia me jodían bastante con eso, me llamaban Manchester.

-El Dépor no ha empezado bien, ¿cree que están donde merecen?

-Estamos jugando bien, aunque lastimosamente no hayamos tenido suerte de concretar las ocasiones, de sumar en los últimos partidos. Al final esto se trata de marcar gol y no lo hemos hecho. El vestuario está tranquilo porque ve que en el campo hacemos lo que trabajamos durante la semana y los goles van a llegar.

-La libertadores, el City, el Dépor, la selección... todo con 20 años ¿Cuánto peso lleva encima?

-Peso, ninguno. Todo lo que he logrado ha sido por el equipo. Porque he estado en un equipo muy unido en el que Dios me dio la oportunidad de salir campeón.