La altura media de los jugadores incorporados este año es 5 centímetros menor que la de los que se fueron
30 ago 2016 . Actualizado a las 10:19 h.A falta de que en las próximas horas llegue el delantero que sustituya a Lucas Pérez, el Deportivo de la temporada 2016-2017 ha perdido altura respecto al que compitió la temporada pasada. A pesar de la llegada de Albentosa, con sus ciento noventa y tres centímetros, las incorporaciones de este año, con excepción de los porteros, suman una media de 5 centímetros menos que la altura media de los futbolistas que se han marchado. Esto se debe a la apuesta realizada por futbolista de menor envergadura, a cambio de mayor habilidad.
De los nueve futbolistas de campo que abandonaron la disciplina blanquiazul el 30 de junio, siete de ellos superaban el metro ochenta, Cani estaba a dos centímetros y el noveno, Fede Cartabia, rompía la media con apenas 1,70 de altura. Para reemplazarlos, la dirección deportiva ha contratado jugadores de corte más bajo. Solo Albentosa, con su metro noventa y tres y Andone, que mide 10 centímetros menos, superan el metro ochenta de altura. Entre los que están por debajo destaca Emre Çolak, con solo 1,68.
Porteros más altos
En la portería, en cambio, Gaizka Garitano ha conseguido más centímetros de los que tenía Víctor Sánchez del Amo. El madrileño acabó con un equipo en el que destacaba Stipe Pletikosa, con 1,93, pero hasta su llegada el más alto era Lux con 1,86. En cambio, este año, el argentino es el más bajo de los tres hombres que luchan por ocupar un puesto bajo los palos.
Si se hace un análisis por líneas y agrupamos el medio el medio del campo y ataque blanquiazules, este se convierten en uno de los más bajos de la categoría, ya que solo Pedro Mosquera, Celso Borges y Florin Andone superan el metro ochenta. Y no lo hacen por mucho, el más alto, por 6 centímetros. En cambio, hay tres jugadores (Carles Gil, Marlos Moreno y Emre Çolak) que no superan el metro setenta.
El balón parado
El tema de la altura, que podría ser una mera anécdota puede llegar a condicionar el estilo de juego blanquiazul, así como las acciones a balón parado. De hecho, tras el encuentro contra el Eibar, en el que el Deportivo encajó un gol de saque de esquina, fue el propio Gaizka Garitano el que destacó que el suyo era un equipo bajo en comparación con el resto de la categoría, que le faltaban centímetros para este tipo de acciones, que trataría de compensar con más sesiones específicas de balón parado para suplir esa carencia de altura con situaciones mecanizadas.
Si en el juego aéreo hay carencias en ataque, que no en defensa, en donde Albentosa y Sidnei cumplen con creces, el equipo ha ganado mucho poder para rasear el balón.
Este es un aspecto que también está trabajando y en el que está haciendo especial hincapié Garitano durante lo que va de temporada, incluidos los meses de pretemporada. Aunque tras ver los dos encuentros de Liga pueda parecer que la orden enviada desde el banquillo es jugar al pelotazo para que el delantero (Lucas contra el Eibar y Andone frente al Betis) la ganase en velocidad o se pegase con los defensas, lo cierto es que el vasco pide a sus futbolistas lo contrario. Lo ha dicho él y lo han refrendado los propios jugadores, que aseguran que la idea de juego es tener más posesión y tocarla hasta observar que el rival deja un hueco. Contar con jugadores como Çolak o Marlos Moreno, bajos pero muy habilidosos y rápidos, puede ayudar a la hora de apostar por ese fútbol más vistoso.
De esta manera, el nuevo Dépor de Garitano carece de centímetros pero gana en habilidad en el medio del campo, una tendencia hacia la que ha ido caminando el fútbol español desde que la selección española, primero de Luis Aragonés y luego de Vicente del Bosque, encandilaron al mundo balompédico ganando dos Eurocopas y un Mundial con un fútbol de quilates. El Dépor tiene los mimbres, ahora necesita explotarlos.