Un campeón olímpico en el Deportivo

Alexandre Centeno Liste
alexandre centeno A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

PACO CAMPOS

Lux logró el oro con Argentina en Atenas 2004 sin encajar ningún gol en los 6 partidos disputados

22 ago 2016 . Actualizado a las 13:09 h.

Atenas, 10 de agosto del 2004. En una habitación de la villa olímpica, Marcelo Bielsa, seleccionador argentino, reúne a Germán Lux y a Willy Caballero. Es la víspera del debut de la albiceleste en los Juegos Olímpico y el Loco quiere hablar con sus discípulos. «Los he llamado para decirles que empezará jugando Lux». Así comenzó el sueño olímpico del ahora portero del Deportivo. Un mes después, Argentina se proclamaba campeona y Germán Lux se consagraba como el único portero en la historia de los Juegos que no encajaba ningún gol tras disputar los seis encuentros de la competición.

Doce años después el hombre que portó el brazalete de capitán el viernes contra el Eibar aún recuerda aquel momento: «No sabíamos quién iba a jugar. Nos llamó y nos lo soltó así, sin anestesia. Hasta luego...», se ríe el portero blanquiazul.

Aquellos Juegos supusieron para el blanquiazul «una experiencia inolvidable», por encima de cualquier otro acontecimiento deportivo. «Muchos piensan que los Juegos no significan mucha cosa, pero están en un error. Los deportistas tienen mucho mérito y sacrificio detrás de unas Olimpiadas. Años pasando clasificaciones, nervios, tensión, sufrimiento y alegrías. En nuestro caso, en el fútbol, es un poco diferente porque es más profesional en todo. Pero a la hora de competir también tienes que superar un preolímpico. Es una experiencia única, porque se junta el deporte profesional con amateur y es un aliciente para unos y otros. La prueba es que nadie se lo quiere perder», sostiene.

Una experiencia inolvidable

Más allá la competición, Lux recuerda la experiencia de una concentración en la que, a diferencia de un Mundial o una Copa América, los deportistas están pendientes no solo de lo que hacen ellos, sino también sus compatriotas. «Vives tus Juegos y los de tu bandera. Estás pendiente de lo que hacen los otros deportistas de tu país en todas las disciplinas. La villa olímpica, la convivencia con multitud de deportistas extranjeros de diferentes modalidades. Es todo una experiencia inolvidable», insiste el portero menos batido de la historia de los Juegos.

En la actualidad, a Lux le queda la experiencia, el recuerdo, el ramo y la corona de laurel, y una medalla que luce en su casa argentina de Carcaña. «Es un valor importante. En su momento no lo ves del mismo modo, pero ahora, con la distancia, con hijos... Pues lo ves de otra manera». De hecho, su hijo mayor, de seis años, ya sabe que su papá es campeón olímpico. «Mi mujer es la que le cuenta y le explica todo. Y él pues sí, se pone contento, pero es pequeño para darse cuenta del significado. Él lo que entiende y siente es el Dépor. No se pierde ni un partido», se ríe con ganas el cancerbero sudamericano.

Algún día, cuando la antorcha que ayer se apagó en Brasil, vuelva a prender en otro pebetero, Tomás y Francisco Lux serán ya mayores y contarán a sus amigos que un día su padre fue campeón olímpico. Y quién sabe si, probablemente, su orgullo será aún mayor porque el meta puede que siga formando parte de la historia de los Juegos como el único portero que completó una edición sin encajar ningún gol. Ese día, Germán sonreirá y dirá: «Pero qué bueno que fue aquello».

La selección que hizo recuperar la ilusión al pueblo argentino

Cincuenta y dos años llevaba Argentina sin lograr una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos cuando la selección entrenada por Marcelo Bielsa tocó el cielo de Atenas. La anterior presea dorada fuera conseguida en 1952 por los remeros Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero en el doble sin timonel. Y con tanto tiempo por medio, todas las miradas estaban puestas en aquella selección albiceleste que prometía grandes emociones. Un grupo formado por Germán Lux, Willy Caballero, Roberto Ayala, Nicolás Burdisso, Fabricio Coloccini, Gabriel Heinze, Nicolás Medina, Clemente Rodríguez, Lucho González, Christian González, Javier Mascherano, Mariano González, Andrés D’Alessandro, Luciano Figueroa, Chelo Delgado, Carlos Tévez, Mauro Rosales y Javier Saviola.

Dieciocho futbolistas llamados a hacer historia. Y la hicieron porque, además de que Lux no encajara ningún gol, los argentinos anotaron 17, toda una marca también en solo seis encuentros disputados. Tévez fue, con ocho goles, el máximo artillero y aquel año, la albiceleste se llevó incluso el premio al juego limpio.

Bielsa

Un equipo de estrellas dirigidos por un entrenador que, por poco no llega a los Juegos. Lux lo recuerda. «Argentina nunca había ganado la medalla de oro en fútbol y pudimos conseguirlas después de un mal trago en la Copa América de nuestro país en la que Brasil nos ganó por penaltis. Recuerdo que fue un golpe duro para todos y en ese momento se dudó de la continuidad de Bielsa. Pero, al final, se hizo cargo del equipo y todo terminó, gracias a Dios, muy bien», explica el futbolista del Deportivo que ensalza al entonces seleccionador. «Es el mejor entrenador que he tenido: íntegro y sincero. Dejando a un lado sus formas, que pueden gustar o no, como entrenador es incuestionable. Él es así. Te exprime al máximo y consigue con su trabajo grandes resultados. Un ejemplo fueron estos Juegos», reflexiona el arquero sudamericano.

Aquella selección inició su andadura con una goleada frente a Serbia y Montenegro (6-0) en el primer partido de una fase clasificatoria en la que también ganó a Túnez (2-0) y Australia (1-0). En cuartos, su víctima fue Costa Rica (4-0) y en semifinales, Italia (3-0). Ya en la final, una selección Paraguaya excesivamente violenta esperó a Argentina. Los de Bielsa se adelantaron en el marcador a los ocho minutos gracias a un tanto, cómo no, de Tévez, pero les costó superar la férrea defensa rojiblanca, que acabó con dos futbolistas por sendas expulsiones. Lux fue protagonista del choque al desbaratar la mejor oportunidad de los paraguayos a los setenta minutos de partido.