Garitano enseña su jugada

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

El duelo con el Eibar aportó varias pistas sobre el nuevo Dépor, que al menos exhibió cintura

20 ago 2016 . Actualizado a las 16:52 h.

Después de mes y medio tapando las cartas, la Liga obligó ayer a Garitano a enseñar jugada. A permitir echar un primer vistazo a lo que se viene esta campaña. Y aún en fase de rodaje, el Dépor al menos exhibió cintura. 

Sistema

Versatilidad en el dibujo. Después de emplear distintos dibujos a lo largo de la pretemporada, el míster eligió empezar el curso con un 4-2-3-1, en el que Fayçal Fajr ganó el pulso por formar a la espalda de Lucas Pérez. La propuesta no tuvo ningún efecto positivo frente a un Eibar ordenado que tapaba a la perfección las vías de pase, así que cuando los armeros se pusieron por delante, el técnico movió ficha alterando el once y el sistema. Primero metió a Andone, para enviar a Fayçal a una banda y desplegar un 4-4-2. Mientras tanto, Luisinho calentaba preparando el retoque definitivo. Garitano repitió lo ya ensayado en el Molinón y con el portugués sobre el césped, Navarro se convirtió en tercer central y el equipo pasó a jugar con dos laterales de largo recorrido. En cuanto el 16 pisó el césped (aplaudido por una parte de la grada) el Deportivo encontró el empate y aferrado al 3-5-2 pasó a mandar en el encuentro. 

Portería

Lux gana la pelea bajo palos. La gran duda que el entrenador decidió mantener hasta el último minuto fue la del ocupante de la portería. Para estrenar Liga optó por renovar su confianza en el titular de la última temporada. Lux formó bajo palos y Tyton se fue al banquillo. El argentino apenas tuvo que intervenir en el primer tiempo, pero se lució en el segundo, despejando junto a la base del palo un zapatazo de Bebé. A partir de ahí, salió a relucir su punto débil: el balón parado. El atracón de saques de esquina que se dieron los visitantes sentó mal al Poroto, que tampoco contó con la ayuda de sus compañeros en esa suerte. 

Defensa

Albentosa impone su altura. Precisamente para solventar los problemas en las acciones de estrategia y lucir cuerpo, el Dépor cuenta este año con Albentosa. La pretemporada ya había cantado lo que ayer se vio en Riazor, con el alicantino ganándole a Arribas la plaza de acompañante de Sidnei. Como era de prever, el dúo apenas tuvo problemas en los envíos por alto mientras el cuero estuvo en movimiento, pero en las faltas y los lanzamientos de córner se vio en inferioridad ante las torres eibarresas.

Centro del campo

Guilherme antes que Borges. A esta desventaja contribuyó la merma de centímetros en la medular, donde (en otra alteración ya avanzada durante los encuentros de fogueo) Guilherme formó en lugar de Borges para escoltar a Mosquera. El brasileño busca más el balón en la zona de creación, mueve con más soltura al equipo, y se anima con frecuencia al disparo lejano; pero a cambio se pierde poderío en la pelea por cazar los envíos en largo desde la zaga o la portería, y también las habituales irrupciones por sorpresa del tico en área enemiga. 

Extremos

Bruno y Gil, a pie cambiado. Con Lucas como única referencia en punta, Garitano optó por colocar a Bruno Gama (diestro) en la banda izquierda, y a Carles Gil (zurdo). Gálvez y Ramis, dos torres, no invitaban a buscar el gol mediante centros laterales, así que los extremos a pie cambiado ofrecían la opción de pisar área o buscar el chut lejano. Lo intentó mucho más el ex del Dnipro que el del Aston Villa, sacrificado en el primer cambio de sistema ordenado desde el banquillo. Sin el valenciano en el campo, Bruno ocupó su costado natural hasta el ingreso de Luisinho, que lo envió al centro. 

Delantero

Mejor en compañía. Cuando Andone saltó al campo, Lucas encontró por fin un cebo para atraer a los pegajosos centrales armeros. Hasta entonces, sus opciones habían pasado por un error en la zaga rival que nunca llegó. Con el coruñés como única referencia en punta el juego recordó demasiado al del último tramo de la temporada 2015-2016, falto de ritmo y con el equipo pendiente de la inspiración del 7. La irrupción del rumano desencadenó el necesario paso al frente de los de casa, también en la recuperación. La remontada se tramó con Juanfran y Luisinho en los carriles y hasta tres blanquiazules en zona de remate. 

Balón parado

Viejos errores, acierto al fin. Y aunque es cierto que el Dépor pasó a controlar de verdad el duelo con la última vuelta de tuerca al esquema, solo consiguió premio a través de la misma vía por la que había sufrido el castigo. Demostró, más allá del tanto en contra, no haber solventado los viejos problemas a balón parado -constantes errores de marca-, pero al menos ahora sabe explotar también la estrategia.