Patxi Ferreira: «De momento solo he visto sonrisas»

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

PACO RODRÍGUEZ

«Formar parte de un vestuario te hace entender qué barreras no se pueden rebasar»

20 jul 2016 . Actualizado a las 14:45 h.

«Los auxiliares damos una entrevista a principio de temporada y desaparecemos del mapa». La fórmula le va bien a Patxi Ferreira (Saucelle, Salamanca, 1967), tieso en el papel de entrevistado. Cordial, pero sin concesiones, escapa a su fama de aficionado a las bromas de vestuario. Medita cada respuesta como si manipulara material inflamable.

-Ha pasado un mes desde que anunció que llegaban y llevan ya diez días trabajando con la plantilla. ¿Qué impresión tiene?

-Estoy muy satisfecho. Este es uno de los mejores sitios en que se puede trabajar a nivel de instalaciones, con un grupo al que ya conoce cualquiera que lleve algo de tiempo en el fútbol y en una ciudad que también conocía bastante.

-El proceso de selección se hizo eterno. ¿Cómo lo vivieron?

-Tuvimos la gran fortuna de ser uno de los candidatos. Eso ya nos hacía estar contentos porque era una manera clara de valorar el trabajo que veníamos haciendo. Y luego encima tuvimos la suerte de ser los elegidos. En el fútbol sabes que hay que ser paciente, así que los procesos como ese los vives con naturalidad.

-Venían de ser despedidos en el Valladolid, en Segunda. ¿Les sorprendió la llamada del Dépor?

-Aquí se valora el trabajo bien hecho, tanto en el aparente éxito que tuvimos en el Eibar como en el aparente... no sabría cómo llamarlo, del Valladolid. En las duras y en las maduras. Ahora a seguir trabajando que es el único secreto del fútbol.

-En el fichaje de este cuerpo técnico resultó decisiva la capacidad de gestionar grupos. ¿Cómo se han encontrado este después de una temporada tan movida?

-Pues nos hemos encontrado un vestuario muy normal. Evidentemente debemos hacer tabla rasa desde el principio para no tener ideas equivocadas y tomar nuestras propias conclusiones. Debemos tratar de que reine la cordialidad. Del año pasado no podemos valorar nada porque nos equivocaríamos seguro. Lo que he encontrado ahora es gente predispuesta al trabajo, al esfuerzo, y con una relación cordial en el cien por cien de sus componentes. Hasta el momento solo he visto sonrisas.

-Supongo que al valorar el proyecto saldría el tema de los problemas del año pasado.

-Cuando te pones a valorar, te quedas con el análisis de la temporada en general, no de los conflictos. Entendemos que lo que sucedió son cosas que tienen que ver con un momento determinado y esperamos que no se repita. Desde el respeto intentaremos que el equipo juegue bien y que aparte haya la mayor normalidad posible en el vestuario.

-Los jugadores que lo tuvieron como técnico lo señalan con un especialista en gestión de vestuarios ¿Qué les da?

-Creo que el jugador tiene su espacio y los técnicos el suyo. Eso hay que saber respetarlo. A partir de ahí cabe todo lo demás. Con normalidad. La clave es ser una persona normal, porque así todo es más fácil. Y desde esa normalidad se puede trabajar todo, el trato, el esfuerzo...

-La de futbolista es una profesión muy particular, más allá del dinero que manejan a una edad temprana están las pasiones que despiertan. ¿Cómo influye eso en el trato diario?

-Pues como en todos los sitios, hay gente que te consulta más cosas, otros que prefieren digerirlo todo solos por su forma de ser... Entonces el trato acaba siendo distinto. Cada uno es dueño de su metro cuadrado y hay gente que te deja entrar en él y otros no, que lo quieren para ellos. Hay que entender todo tipo de situaciones. El futbolista es una persona. Y como tal los hay buenos, no tan buenos, normales, raros... De todo. En un vestuario puedes encontrar lo mismo que en un edificio de oficinas. Dentro de él habrá cosas que hay que mantener en privacidad absoluta, secretos. Formar parte de un vestuario de Primera te hace entender qué barreras se pueden rebasar y cuáles no.

-¿Cree que los precedentes harán que los aficionados estén más pendientes de cualquier problema en la caseta?

-Al aficionado lo que más le va a importar es que el Dépor gane, y a partir de la victoria ver un equipo unido. Trabajamos para ganar y para que la gente esté orgullosa de su Deportivo. Conocemos la unión de la afición deportivista y su equipo, para nosotros mantener esa unión es un reto más.

-Desde la directiva se señaló a los capitanes tras el conflicto al proponer un cambio en el proceso de selección. ¿Cuál es la importancia real que tiene el portador del brazalete en la caseta?

-Un capitán no se elige. O más bien, no tiene porqué llevar el brazalete para ser el líder del vestuario. Siempre hay gente a la que los compañeros miran, el respeto se gana más allá del brazalete y a partir de ahí ojalá tengamos once o quince capitanes. Como decía Luis Aragonés, un capitán por línea.

«No hay un Gaizka en la victoria y otro en la derrota, no le he visto picos ni depresiones»

Patxi Ferreira ha acompañado a Gaizka Garitano en todas las aventuras del técnico vasco en los banquillos. La más memorable llevó al Eibar de Segunda B a Primera y acabó en descenso corregido en los despachos. «En su momento, entonces, se pudo haber hecho alguna otra cosa y se tomó la decisión de no hacerlo. Aprendemos de los errores», afirma sobre su irregular última campaña en el equipo armero.

-¿Qué le va a dar Garitano al Dépor?

-Gaizka es un enamorado del fútbol y de su profesión. Y del trabajo. Todos sabemos lo que cuestan las cosas en este mundo. Trabajar, trabajar y trabajar será el mejor activo que desde el punto de vista técnico le podremos aportar al Deportivo.

-Decía Albentosa que con Garitano solo habló el día que llegó al Eibar y el día en que se fue, aunque era un entrenador con empatía. Por contra cuentan que usted era uno más en la caseta.

-En un entrenador es fundamental manejar bien ese tira y afloja con el jugador, porque hay que tomar decisiones difíciles. Quizá por eso puede transmitir una sensación que quienes convivimos con él no compartimos. Para un técnico auxiliar la relación con el futbolista es mucho más fácil, partes con ventaja sobre el entrenador. Mi trabajo es mucho más cómodo que el de Gaizka. Los auxiliares estamos mucho menos expuestos.

-En aquel Eibar hicieron una gran primera vuelta y luego se desplomaron. ¿Cómo gestionó Garitano ese sube y baja?

-No hay un Gaizka en la victoria y otro en la derrota. Desde que convivimos juntos no ha cambiado. Le sigue fascinando el fútbol con la misma intensidad que cuando estábamos en Segunda B. No le recuerdo picos, ni depresiones, ni ansiedades. Tiene también ese punto de parecido con Aragonés, esa constancia pase lo que pase.