El portugués no ha tenido noticias del club ni cuenta aún con ofertas apetecibles
28 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«El club viene trabajando desde antes». Gaizka Garitano se deshizo al patadón de uno de los asuntos incómodos que no figuraban en las cláusulas de su contrato. Cuando el técnico se subió al barco blanquiazul, Luisinho ya estaba de más a bordo, así que ante las preguntas de la prensa apuntó a ese intangible ser superior que en ocasiones resulta ser «el club». La sección administrativa de un Deportivo que tras romper el vínculo de un año con Víctor Sánchez necesita ahora anular otro de dos con el jugador que se convirtió en obsesión para el anterior entrenador de los coruñeses. Tino Fernández no dejó más vías que la del adiós para el lateral, anunciando en rueda de prensa que «no seguirá» y transformando el gestionar su salida en una de las obligaciones de Richard Barral. Este dio acuse de recibo hace una semana, fijándose además como meta el que la operación resulte provechosa -«tiene contrato y está claro que intentaremos sacarle rentabilidad, no podemos regalarlo»-, pero el calendario juega en contra de su propósito. En diez días arranca la pretemporada y Luisinho, al igual que el resto de la plantilla, tiene cita en Abegondo.
En la ciudad deportiva coincidirá, por ejemplo, con Arribas, junto al que protagonizó dos de los momentos más tensos de la campaña recién concluida. Evitar el incómodo reencuentro pasa por hallarle acomodo de urgencia al lateral, lo que de momento está lejos de producirse. Hasta la fecha no ha habido siquiera contacto entre la dirección deportiva y el futbolista luso.
Circunstancia que no ha impedido que el jugador sea consciente de la determinación del club de prescindir de sus servicios. Cuando el presidente aseguró en rueda de prensa que no seguiría, Luisinho estaba aún en A Coruña, donde su hijo, que milita en las categorías inferiores del Dépor, no había concluido el curso lectivo. Y esa condición de padre de familia numerosa, se suma a los condicionantes a la hora de seleccionar destino.
Búsqueda en la liga española
Al representante del portugués le han llegado ofertas de distintos clubes extranjeros que no han acabado de convencer al lateral: proceden de países a los que la crisis económica o la falta de seguridad convierten en poco apetecibles para un jugador de 31 años con tres hijos de corta edad.
De hecho, al futbolista le interesa bien poco abandonar el equipo y la ciudad; su renovación pese al futuro incierto del equipo hace curso y medio es solo una muestra de ello. Guarda amistad con algunos miembros del plantel y está muy integrado en el barrio donde vive (hace pocos meses reconocía incluso querer acabar su carrera en A Coruña). Ahora su representante sondea el mercado español, convertido en prioritario, aunque es muy complicado que un equipo de la Liga decida pagar por fichar al lateral zurdo como pretende el propietario de su ficha.
Más allá de los cinco millones de cláusula está el salario del jugador (por ahí sí podría encontrar el margen de ganancia el Deportivo). El club y el agente del zaguero luso buscan por separado un acomodo que satisfaga a todas las partes con la necesidad de resolver el caso cuanto antes.