Paco Jémez: «No me gusta que digan que negocio con el Dépor porque es mentira»

Como cada, el final de temporada significó el traslado de Paco Jémez a A Coruña, en donde residen su esposa y sus dos hijas. Pero esta vez, la posible destitución de Víctor y su renuncia a seguir en el Rayo han provocado que cada vez que se le ve por la capital herculina un cosquilleo recorra el estómago de los aficionados. Él lo observa, lo admite y convive con ello. No así con los comentarios sobre inexistentes reuniones o contactos, que asegura que son «mentira». Para el técnico cordobés, «mientras que el Dépor no diga lo contrario, Víctor es el entrenador del Dépor», zanja la cuestión.

-De nuevo en A Coruña tras otra temporada.

-Aquí estamos, nos dedicamos un poco de tiempo a descansar, con la familia, cogiendo otra vez fuerzas. Ahí estamos, como los perros, que se lamen las heridas... Todo lo que ha pasado a final de temporada. Muchas cosas y casi ninguna buena. Toca pensar y plantearse el futuro.

-Ha estado en A Coruña, ha viajado a Madrid, de nuevo aquí, y esta tarde (ayer), otra vez fuera. Lo sitúan en Barcelona

-No estoy en A Coruña, no.

-¿Pero está en Barcelona?

-No estoy en A Coruña (se ríe). Mañana sí que estaré de nuevo por ahí.

-¿Tiene decidido su futuro?

-No. En principio no sigo en el Rayo, pero aún no tengo claro lo que haré. Estamos ahí a la espera.

-¿Qué tiene que tener un club para seducirlo?

-Un buen proyecto deportivo. Con eso ya llama mi atención y me seduce. Soy fácil de seducir. Ahora que todo hace indicar que no seguiré en el Rayo, al que le estoy muy agradecido, pues intentaría dar un paso más adelante, buscar algo que me ilusione, ver que se pueden conseguir cosas bonitas.

-¿Vivir un poco más tranquilo tras tantos años en el alambre?

-En el fútbol no se vive tranquilo. Nunca. Lo que pido es que el proyecto deportivo me seduzca. A lo mejor lo consigue uno que luche por la permanencia, ¿por qué no? Los objetivos del club dependerán de sus posibilidades. A ver, no puede ser que venga un club con 15 millones de presupuesto y me pida la UEFA. No es congruente. Pero por el resto, si hay buen proyecto, buenas instalaciones, se trabaja con la cantera, se me da confianza y autonomía para gestionar mi equipo, todo puede ser.

-Lo que dice encaja con el Deportivo.

-Eso lo dice usted. Yo solo le puedo decir que no ha habido nada con el Deportivo. Ni un contacto. De lo cual me alegro, porque soy una persona muy respetuosa y Víctor es un gran profesional y buen amigo mío. Mientras el Dépor no diga nada, Víctor es el entrenador del Dépor. No me gusta que salgan ciertos rumores que son inciertos. Que me he reunido con tino, que soy alternativa... No soy alternativa, porque nadie se ha dirigido ni a mí ni a mi representante. No me gusta que digan que negocio con el Dépor porque es mentira.

-Usted tiene forma de llegar al club, ¿en algún momento ha mandado el mensaje de que no le agradaría recibir una oferta mientras esté Víctor?

-No me he sentido en la necesidad porque es que no ha habido nada de nada. Ya lo dije en una rueda de prensa. Yo entiendo que pueda haber rumores de que yo entrene un equipo, otro, la selección... Vale, convivo con eso. Estoy sin equipo y es normal. No pasa nada. Pero una cosa es que haya rumores y otra que se mienta. Se ha dicho que estuve con Tino reunido, que estuve en Singapur... Eso es inventar.

-¿Antes de firmar va a esperar a ver qué pasa con Del Bosque?

-Esperar no voy a esperar. No sé si firmaré por algún club y cuando. Pero no será porque esté aguardando. Parece que Del Bosque ha dicho que no seguirá pero nada más. Siempre ha dicho que me gustaría llegar a la selección. A todo entrenador le gustaría. Ojalá llegue el momento, pero si es, será cuando tenga que ser.

«No sé si soy barato o caro, solo que valgo lo que pido»

Como uno de los entrenadores más codiciados de la Liga española, Paco Jémez es también uno de los mejores pagados, algo quelo sitúa lejos de algunos clubes. Aunque insiste en que es algo secundario, reconoce que se considera bien pagado porque «valgo lo que pido».

-Dicen que muchos equipos no pueden acceder a contratarlo porque es caro.

-No sé si soy caro o barato, porque no sé lo que cobran los demás. Solo sé que valgo lo que pido. Pido lo que creo que valgo y por lo que creo que un equipo puede hacer conmigo. Lo bueno de este trabajo es que tú pones el precio de tu trabajo. No estoy en la situación de aceptar lo que me den. Que lo he hecho. Pero por suerte ahora no.

-Acostumbra a decir que el que lo ficha, sabe lo que ficha. ¿Puede prometer que según pasen los años mantendrá su valentía?

-No tengo la necesidad de prometer nada. Pero sí le digo que lo que no quiero es traicionarme a mí mismo. Tengo mi carácter, mi forma de ver el fútbol y el día que vea que estoy cambiando pues a lo mejor soy yo el que dice que que se acabó. Pero fíjese, que en mi caso ha pasado lo contrario. Llevo diez años entrenando y hasta ahora he ido dando pasos hacia delante. No en la idea, pero sí en el riesgo a asumir.

-Volvamos a A Coruña. ¿Se siente más valorado como entrenador que como futbolista?

-No sé. Yo siempre me he sentido muy querido en A Coruña. Al gallego cuesta ganártelo, pero después es de esa gente que tienes para siempre. Yo lo siento. Quizá para que se te valore hay que dejar pasar el tiempo. Pero yo no tengo queja. Y sí, ahora noto mucha gente que me para por la calle y me muestra su cariño.

-Durante años formó parte del vestuario blanquiazul, ¿le sorprendió todo lo sucedido a final de temporada?

-Me gustaría aclarar que lo que pueda saber es porque lo he leído en los medios. No sé de primera mano qué ha pasado. Cuando estás tantos años en un vestuario, de vez en cuando te encuentras alguno fastidiado. Pero ahí es donde se ve el mando de los veteranos. También la mano del entrenador, pero quizá se le reprocha demasiado al entrenador, que parece que tiene la varita mágica para arreglarlo todo. Y ho creo que es más papel de los veteranos. Nosotros lo hacíamos. Porque cuando el tema llega al técnico ya es blanco o negro. Antes se puede reconducir hablando con el jugador o jugadores en cuestión.

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