Los del Villamarín acudieron al mercado de invierno para intentar solventar sus problemas ofensivos
10 feb 2016 . Actualizado a las 14:08 h.El Dépor ha encontrado un adversario inesperado en el calendario. Los rivales le llegan exorcizados porque no hay mala racha que resista un duelo con el Valencia; especialista en subirle la moral al enemigo antes de que este rinda cuentas frente a los coruñeses. Cuando saltó al campo el domingo, el Betis arrastraba una racha de nueve partidos seguidos sin victoria (once llevaban sin ganar los de Neville). El conjunto andaluz era además el peor equipo de la Liga como local. Lo sigue siendo, pero le recortó tres puntos al menos malo gracias, especialmente, a un lavado de cara que empezó en el palco y llegó al césped.
El fenomenal atasco ofensivo verdiblanco (solo llevan 16 goles) ha encontrado cierto remedio en el mercado de invierno. El equipo que menos tira a puerta del campeonato se aproximó varias veces a Ryan, sobre todo por su banda recién estrenada. El Betis midió su renovación por la derecha con la acometida por el Valencia en la izquierda. Charly Musonda y Montoya dieron mucha más guerra que Cheryshev y Siqueira.
Charly Musonda
El ambidiestro revoltoso. El lateral zurdo cedido por el Atlético no llegó a completar la primera parte. Su reemplazo tampoco consiguió acabar la segunda. Ambos acusaron el castigo del extremo local. Siqueira se retiró con molestias, desbordado por Musonda; Gayá se fue a la ducha tras ver dos amarillas en solo media hora, ambas provocadas por el jovencísimo extremo belga.
Un futbolista de 19 años que llegó al Chelsea hace cuatro, con el cartel de futura estrella de su país. La base para semejante afirmación: su velocidad, su desborde y su capacidad para disparar y centrar con ambas piernas. Varios clubes llamaron a la puerta del Anderlecht preguntando por este hijo de un exinternacional zambiano que acabó eligiendo Stanford Bridge.
De allí salió cedido hace unos días, tomando el mismo camino del exilio a préstamo que han recorrido esta temporada más de treinta de sus compañeros en el club de Abramóvich. No necesitó proceso de adaptación alguno antes de saltar al Villamarín y ganarse a la hinchada, que le dedicó varias ovaciones. Además de provocar varias faltas y una expulsión, trenzó la jugada del 1-0. En Riazor pondrá a prueba la cintura de Navarro.
Martín Montoya
Carrilero de largo recorrido. El lateral izquierdo del Dépor salió bastante airoso hace una vuelta de su duelo con Joaquín, pero nada tendrá que ver este sábado la banda derecha del Betis con la que alistó Mel en la ida. Salvo enorme sorpresa, por detrás de Musonda actuará otro recién llegado a Sevilla. Aunque este, con bastante experiencia en la Liga.
Martín Montoya esperaba obtener en el Inter los minutos que le regateaba Luis Enrique (el asturiano llegó a insinuar que no daba el nivel), pero tampoco Mancini se los dio. Tras solo cuatro partidos en Milán, este carrilero acostumbrado a las alegrías ofensivas no estuvo mal en su debut como verdiblanco, convirtiéndose en el zaguero que más balones recuperó.
Leandro Damiao
El goleador que fue. El único recién llegado que no pudo saltar al campo el sábado fue el delantero Leandro Damiao, presentado el lunes en Sevilla con Ricardo Oliveira en la cabeza de muchos aficionados. El propio brasileño se comparó a su compatriota, aunque su juego se desarrolla mucho más cerca del portero rival que el de aquel.
El ariete, que destaca por su fortaleza y disparo, busca una relación de aprovechamiento mutuo con los de Merino. Si al Betis le falta gol, el punta, que llegó a ser internacional con la Canarinha, necesita relanzar una carrera empantanada.