Fayçal Fajr, el corredor anónimo de Riazor

Alexandre Centeno Liste
alexandre centeno A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Cada día que no hay entrenamiento, Fayçal se pone su ropa deportiva y hace una hora de carrera

14 ene 2016 . Actualizado a las 14:30 h.

Cada día que no hay entrenamiento del Deportivo, los habituales corredores del paseo marítimo de A Coruña tienen un compañero excepcional de trote. Su vestimenta no desentona de la del resto. Sus auriculares en las orejas con los que escucha música tampoco. Ni siquiera llama la atención por llevar, habitualmente, su cabeza tapada con un gorro o una capucha. Y eso, al principio, le hacía pasar inadvertido. Pero ya no. Cada día que Fayçal Fajr baja las escaleras de su casa y se pone a calentar en la zona del monumento a los Héroes del Orzán son muchos los que lo miran con extrañeza. «Me saludan, pero la gente es toda muy educada. Me dejan trabajar. Si veo que hay mucha gente, trato de que no me vean mucho, mirando al suelo, pero insisto en que todo el mundo es muy educado», explica el centrocampista marroquí.

CESAR QUIAN

Reconocido o no, no hay un día libre en el que Fayçal no haga una hora de carrera continua y unos estiramientos. «Mi cuerpo necesita hacer deporte y si no entrenamos, lo hago yo por mi cuenta. No es algo de ahora, sino de toda la vida. En Elche también tenía un lugar en el que ejercitarme. Y aquí, en A Coruña, con el gran paseo marítimo que tenemos, qué mejor que aprovecharlo (se ríe)». También en vacaciones mantiene su rutina: «En Navidades, como no entrenábamos ningún día, aumentaba un poco mi exigencia para poder regresar fuerte. Iba con mi hermano, allí, en París. Además, practiqué otros deportes como la natación».

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Altura en Zaouia Sidi Abdeslam

Su afición a la actividad física y, en particular, a correr, le viene de niño, cuando pasaba los veranos en Zaouia Sidi Abdeslam, localidad marroquí en donde nacieron sus padres. Está situada a seis kilómetros de Ifrane, adonde acuden los atletas de este país [Hicham El Guerrouj ha sido durante muchos años un habitual en la zona] para trabajar en altura. «Siempre que estoy allí me encanta salir. Y creo que el fondo físico que he conseguido a lo largo de mi vida es también por trabajar ahí en altura», subraya.

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Y es que si algo tiene claro el deportivista es que «en el campo tú puedes fallar un pase o un gol, pero nunca dejar de correr». Y esa filosofía la lleva hasta sus últimas consecuencias. «Nunca nadie podrá reprocharme que no corrí», enfatiza.

«Pero lo de ir a correr no es solo por mejorar mí físico -aclara-, lo hago porque es una forma de liberar energía y tensión. Tenemos muchas horas libres y, si el día que no entreno me quedo en casa sin hacer nada, pues eso lo arrastro y se nota en mi carácter. Estoy como enfadado. En cambio, si voy a hacer algo, aunque sea poco y a un ritmo bajo, pues ya me encuentro mucho mejor y me siento más feliz», reflexiona el centrocampista marroquí que esta temporada se está exhibiendo como uno de los jugadores a los que más minutos está dando Víctor Sánchez del Amo.

Ayer, a pesar de la lluvia que cayó en la ciudad de A Coruña, Fajr no faltó a su cita. Pasadas las cinco de la tarde realizó una serie de ejercicios de estiramiento apoyado en los bancos del paseo marítimo e inició su carrera. Unos pocos kilómetros para saciar su sed de actividad física antes de regresar a los entrenamientos esta mañana en Abegondo. Allí dejará de ser el anónimo corredor de Riazor para volver a ser el 19 del Dépor.