«Ahora soy feliz»

TORRE DE MARATHÓN

Pinto&Chinto

Da la impresión de que si uno buscara en el diccionario el término «Entrañable», se encontraría con la definición: «Véase Arsenio Iglesias»

10 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Da la impresión de que si uno buscara en el diccionario el término «Entrañable», se encontraría con la definición: «Véase Arsenio Iglesias (Arteixo, 1930)». Habría que proponerlo, porque una charla con el viejo futbolista es reconfortante a todos los niveles. Nos citamos la víspera de Reyes en una cafetería de A Coruña y el hombre, para asegurarse de que nos encontraremos, me pregunta: «Usted me conoce, ¿verdad?». La idea es no conversar sobre fútbol pero, como se verá, resulta imposible.

-¿Qué le ha pedido a los Reyes?

-Nada. Yo soy de esa generación en la que nunca teníamos muchos regalos.

-Pero recordará la ilusión de esta noche, de cuando era niño...

-Claro que la tenía. ¿Quién no? Pero yo soy un hombre de la guerra. Recuerdo los coches funcionando con el gasógeno. Aquello sí que era crisis. ¿Regalos? Procuraban que tuviera siempre una pelota de goma, porque sabían que disfrutaba mucho con ella.

-Mucha miseria.

-Yo me crié en momentos muy difíciles. Recuerdo que venían los pobres a la puerta de casa y les daban una patata. Si lo haces hoy te la tiran a la cara.

-¿Qué hace ahora, en qué pasa el tiempo?

-Paseo un poco, estoy con los nietos. Tengo seis. Y una está en Madrid estudiando Medicina. La verdad es que estoy paseando menos, porque el tiempo te va retrayendo. Y si lo dejas, luego cuesta más volver.

-Seguro que la gente lo reconoce, le pararán por la calle.

-Sí, sí me paran, ja ja. Tengo que ser agradecido porque la gente es muy cariñosa.

-Le hablarán de fútbol,claro.

-Sí claro. Todo el mundo me relaciona con el Deportivo, así que la conversación siempre tiene que ir ahí.

-Y en casa ¿ve la tele, le gusta?

-Sí, sí. Me encantan las películas del Oeste. Siempre las estoy buscando. Son divertidas, hay mucho tiro.

-Su actor favorito.

-John Wayne... y Gary Cooper.

-¿Es consciente de que, en algún sentido, usted representa el prototipo del gallego?

-Ja ja ja. Sí, creo que mucha gente estaba esperando mis opiniones después de los partidos porque les llamaba mucho la atención.

-¿Qué es lo que más echa de menos?

-Nah. No echo nada de menos. Ojalá fuese más joven porque tendría más ganas de contribuir a la vida.

-¿Diría que es feliz?

-Sí, soy feliz. Hay salud, los hijos están bien y los nietos también. Ahora soy feliz.

-Mire, cuando era futbolista, ¿ligaba mucho?

-No, no, no. Al ser aldeano, uno no estaba preparado. Te pasaban las cosas y no las veías.

-Pues hoy los futbolistas son semidioses, lo tienen todo. ¿Lamenta no haber sido aquel futbolista en esta época?

-No. Me tocó la época que me tocó y estoy muy agradecido. Me encuentro muy bien así.

-¿Sigue pendiente del fútbol?

-Sí, sí. A veces voy al campo, pero no mucho. Pero sí que sigo los resultados.

-Ya sabe lo que se dice, que tanto fútbol provoca que la gente no dedique tiempo a pensar en las cosas realmente importantes.

-Sí. Eso ya se decía con Franco. Pero yo creo que hay tiempo para pensar en todo. El fútbol no hace daño a nadie y a los jóvenes le gusta mucho. A mí no hubo nada en la vida que me gustara tanto como jugar al fútbol. ¿Y qué mal hacía con eso?

-Cuando echa la vista atrás, ¿se arrepiente de algo?

-Bueno, siempre piensas que pudiste haber maniobrado de otra manera, pero claro, nunca sabes lo que pudo haber pasado. Me achacan lo del penalti, que debía haberlo tirado Donato, pero ya había fallado uno, Bebeto también... Aquel penalti nos ha jodido bien.

-La pregunta no quería referirse necesariamente al fútbol.

-Ya lo sé, ya lo sé. Pero en el juego influye mucho la suerte.

-¿Y en la vida también?

-También, también. Yo he sido afortunado, No me quejo del trato recibido. Hubo que luchar firme y tuve momentos buenos y malos.

-Y tiene el respeto de todos, porque seguro que en Vigo también le saludan con cariño.

-Sí, es verdad.

-¿Y qué cree que es lo más importante en la vida?

-La salud, claro. Si la tienes, te permite ser optimista y disfrutar de la vida. Cuando eres mayor, todo pasa a un segundo plano.