Lux ya suma. El Dépor le debe el punto de ayer al guardameta argentino. En uno de sus partidos más discretos de la temporada, en el día en que más remates permitió al rival, el conjunto coruñés se encomendó a Lux. Y no es tanto que el portero argentino, que la temporada pasada perdió el puesto en favor de un Fabricio inmenso, hubiera brillado esta campaña más allá del penalti que le adivinó a Nolito o de alguna que otra parada, además de mantener una regularidad solo puesta en duda por sus problemas con el balón en los pies.
El Dépor concedía tan pocos remates a sus rivales que tampoco había la necesidad de encomendarse cada tarde a Lux. Hasta ayer. Una buena noticia, porque el equipo coruñés ha sido capaz de sobrevivir incluso a una de sus jornadas más grises, a una de esas noches en las que parece imposible hilar más de tres pases seguidos y en los que es necesario aferrarse a la fortuna o al acierto del mejor Lux, apenas cuatro días después de la llegada de Pletikosa.
Lo mejor, que tras noventa minutos que dañan la vista, el conjunto coruñés amplía a ocho jornadas su racha sin perder, sigue en puestos europeos y, a dos jornadas para cerrar la primera vuelta, tiene dos tercios de la permanencia en el bolsillo y un colchón de trece puntos sobre los puestos de descenso. Lo peor, Lucas, demasiado aislado, no amplió su idilio con el gol, aunque dispuso de la mejor ocasión del partido para hacerlo, y el equipo coruñés se fue a la ducha con un once con más pinta de conformarse con el empate a cero que de arriesgar en busca de un golpe de fortuna final.